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¿Está mal querer algo de privacidad?

¿Está mal querer algo de privacidad?

CAPÍTULO 15

¿Está mal querer algo de privacidad?

Marca (✔) cuál sería tu reacción más probable en las siguientes situaciones:

1. Estás en tu habitación con la puerta cerrada, y tu hermano (o hermana) se mete sin llamar.

□ “No importa. Yo a veces le hago lo mismo.”

□ “¡Qué maleducado! ¿Y si me hubiera estado cambiando?”

2. Acabas de llegar a casa, y tus padres te acribillan a preguntas: “¿Adónde fuiste? ¿Qué hiciste? ¿Con quién estabas?”.

□ “No me molesta. Total, siempre les cuento todo.”

□ “¡Es increíble! ¡No me tienen nada de confianza!”

ES PROBABLE que hasta hace poco, el tema de la privacidad no te pareciera tan importante. Que tu hermano menor se metiera en tu habitación o que tus padres te hicieran preguntas era lo más natural del mundo. No te molestaba en absoluto. Pero ¿quisieras que ahora fuera diferente? Tal vez te identificas con Carlos, de 14 años, que dice: “Me gusta poder reservarme algunas cosas”. Veamos dos situaciones en particular donde tener algo de privacidad parece complicado.

Cuando quieres estar solo

Hay un montón de razones válidas para querer estar solo. Quizás sea para descansar un poco (Marcos 6:31). O para seguir el consejo de Jesús: “Cuando ores, entra en tu cuarto privado y, después de cerrar tu puerta, ora a tu Padre” (Mateo 6:6; Marcos 1:35). Pero a veces el problema puede ser que, cuando cierras la puerta de tu cuarto —si es que tienes uno para ti solo—, tus padres no crean que sea para orar, o tus hermanos no entiendan que deseas estar solo.

Qué puedes hacer. No es necesario ponerse a discutir por este tema. Mejor, prueba lo siguiente:

● Si el problema es con tus hermanos, intenta pactar algunas reglas básicas. Explícales que necesitas tiempo para ti. Si ves que hace falta, pídeles ayuda a tus padres. a

● Si el problema es con tus padres, trata de entenderlos. “A veces mis padres se ponen un poco controladores —comenta Rebeca, de 16 años—. Pero, siendo franca, yo haría lo mismo si tuviera hijos adolescentes, y más teniendo en cuenta todas las tentaciones que se nos presentan a los jóvenes.” Y tú, ¿eres capaz de entender qué les preocupa a tus padres? (Proverbios 19:11.)

● Hazte un autoexamen: “¿Les he dado motivos a mis padres para creer que escondo algo cuando me encierro en la habitación? ¿Soy tan hermético con mi vida personal que mis padres tienen que recurrir a técnicas casi de espionaje para saber en qué ando?”. Si tu respuesta es negativa, pero aun así notas que tus padres desconfían de ti, diles cómo te sientes. Recuerda mantener la calma y trátalos con respeto. Presta mucha atención a lo que les inquieta y asegúrate de no hacer nada que contribuya al problema (Santiago 1:19).

Cuando tienes nuevos amigos

Durante la adolescencia harás amistad con jóvenes que tus padres no conocen. Y lo más normal es que quieran saber quiénes son y qué haces cuando estás con ellos. ¿Te parece que a veces son unos exagerados? Quizás te sientas como Amelia, de 16 años, que dice: “Lo único que pido es poder usar mi celular o revisar mis correos sin tener a mis padres encima cada diez minutos preguntándome con quién hablo o con quién me escribo”.

Qué puedes hacer. El tema de tus amigos no tiene por qué distanciarte de tus padres. Aquí te damos algunas sugerencias:

● Preséntales tus amigos a tus padres, para que así no sean un misterio. Si no, no les va a quedar otra que ponerse a investigar por su cuenta. Dales la oportunidad de conocer bien a la gente con la que pasas el tiempo. Eso les ayudará a confiar más en ti y en los amigos que escojas.

● Hazte un autoexamen: “¿Qué es lo que quiero en realidad: que respeten mi privacidad, o esconder un secreto?”. Beatriz, de 22 años, menciona: “Si vives con tus padres, y ellos quieren saber algo de ti, ¿cuál es el problema? Si no haces nada malo, no tienes nada que ocultar. Pero si tienes que esconderlo, ¿por qué es?”.

La privacidad en otros campos

¿Hay alguna otra situación en la que sientas que no se respeta tu intimidad? Los siguientes pasos te pueden ayudar a encontrar buenas soluciones. Escribe las respuestas a cada pregunta.

Paso 1: Identifica el problema. ¿En qué campo te gustaría tener más privacidad?

․․․․․

Paso 2: Ponte en el lugar de tus padres. ¿Qué será lo que en realidad les preocupa?

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Paso 3: Busca soluciones. ¿Será que sin darte cuenta estás empeorando el problema? ¿Puedes hacer algún cambio al respecto? ¿De qué manera te gustaría que te ayudaran tus padres?

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Paso 4: Háblalo. Escribe cómo podrías iniciar una conversación con tus padres sobre este tema.

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EN EL SIGUIENTE CAPÍTULO

¿Es posible superar la tristeza tras la muerte de uno de los padres?

[Nota]

a Encontrarás más información en el capítulo 6 de este libro.

TEXTO BÍBLICO CLAVE

“Haz lo sumo posible para presentarte aprobado a Dios, [alguien] que no tiene de qué avergonzarse.” (2 Timoteo 2:15)

UNA SUGERENCIA

Cuando hables con tus padres sobre el asunto de la privacidad, no te quejes como si ellos tuvieran la culpa. Más bien, explícales qué te preocupa; tal vez así se sientan más motivados a ayudarte a encontrar soluciones.

¿SABÍAS ESTO?

Cuantas más cosas les cuentes a tus padres, menos desconfiarán de ti.

¡MANOS A LA OBRA!

¿Qué puedo hacer para que mis padres confíen en mí? ․․․․․

¿Qué quiero preguntarle a mi padre o a mi madre sobre este tema? ․․․․․

Y TÚ, ¿QUÉ PIENSAS?

● ¿Por qué tienen derecho tus padres a saber en qué andas?

● ¿Cómo crees que te ayudará en el trato con otros adultos, y en la vida en general, tener buena comunicación con tus padres?

[Comentario de la página 108]

“A veces los padres se meten en nuestra vida, y puede que nos moleste que lo hagan. Pero es que no quieren que nos pase nada malo. A decir verdad, si yo tuviera hijos, haría lo mismo.” (Alana)

[Ilustración de la página 109]

La confianza es como el sueldo: se gana con esfuerzo