CAPÍTULO DOS
Profetas con mensajes para nosotros
1. ¿Por qué es importante que conozcamos bien a los doce profetas que escribieron los últimos libros de las Escrituras Hebreas?
¿LE GUSTARÍA conocer a doce mensajeros de Dios? Nos referimos a doce hombres que existieron antes de que Jesús viniera a la Tierra, de modo que es imposible tratarlos en persona. Lo que sí podemos hacer es familiarizarnos con ellos y ver cómo demostraron que vivían muy pendientes del “gran día de Jehová”. En vista de que los cristianos tenemos que esforzarnos por mantener esa misma actitud, es importante que los conozcamos bien (Sofonías 1:14; 2 Pedro 3:12).
2, 3. ¿Por qué podemos sentirnos identificados con los doce profetas?
2 Las Escrituras mencionan a muchos profetas y, de hecho, bastantes libros bíblicos llevan sus nombres. Pues bien, entre estos siervos de Dios que dejaron un modelo de fidelidad y valentía figuran los doce en quienes vamos a centrarnos. Varios de ellos tuvieron la dicha de que su mensaje calara en el corazón y la mente de sus oyentes y los moviera a regresar a Dios. Sin embargo, otros sufrieron amargas decepciones al ver la terquedad con que se pasaban por alto los mandamientos y la voluntad de Jehová. Y algunos observaron con tristeza que entre quienes decían servir a Dios había muchos entregados a una vida de excesos y despreocupación.
3 Como nosotros, los doce profetas vivieron en tiempos de decadencia religiosa y de agitación política y social. Sin duda afrontaron sus propios miedos y dificultades, pues tenían “sentimientos semejantes a los nuestros” (Santiago 5:17). Con todo, nos dejaron un buen ejemplo, así como mensajes que vale la pena recordar, pues figuran en “las escrituras proféticas”, las cuales nos benefician a todos nosotros, “a quienes los fines de los sistemas de cosas han llegado” (Romanos 15:4; 16:26; 1 Corintios 10:11).
LOS DOCE PROFETAS EN SU CONTEXTO HISTÓRICO
4. ¿Qué notamos acerca del orden en que aparecen los doce profetas y la época en que vivieron? ¿Quiénes fueron los primeros que utilizó Jehová para advertir y animar a su pueblo?
4 Cabría pensar que los libros de Oseas a Malaquías aparecen en la Biblia en orden cronológico, según la época en que vivió cada escritor; pero no es así. Los primeros profetas fueron Jonás, Joel, Amós, Oseas y Miqueas, que vivieron en los siglos IX y VIII antes de nuestra era. a Durante ese período, muchos monarcas de Judá (el reino del sur) e Israel (el reino del norte) fueron infieles a Dios, quien por eso derramó su cólera sobre ellos así como sobre los súbditos que los imitaron. Fue una época en la que primero Asiria y más tarde Babilonia aspiraron a dominar el mundo. ¡Poco se imaginaban entonces los israelitas que Jehová usaría a estos dos imperios para castigarlos! Sabemos, claro está, que todo el tiempo él estuvo alertando a Israel y Judá mediante sus fieles profetas.
5. ¿Qué grupo de profetas proclamó los juicios de Jehová cuando se acercaba la desolación de Judá y Jerusalén?
5 Al acercarse el tiempo de dar su merecido a Judá y Jerusalén, Jehová levantó a un segundo grupo de enérgicos voceros. ¿Quiénes lo componían? Sofonías, Nahúm, Habacuc y Abdías, los cuales cumplieron su misión profética en el siglo VII antes de nuestra era. Los acontecimientos más trágicos de ese período fueron la destrucción de Jerusalén a manos de los babilonios en el año 607 y la deportación de los judíos. Nuevamente, se cumplieron al pie de la letra los anuncios que Dios había hecho mediante algunos de estos profetas que hablaron en su nombre. Ellos habían exhortado a sus oyentes a que abandonaran las borracheras, los actos violentos y otras malas prácticas, pero estos se negaron a cambiar (Habacuc 1:2, 5-7; 2:15-17; Sofonías 1:12, 13).
6. ¿Cómo dio Jehová al resto la motivación que necesitaba al regresar del exilio?
6 A su regreso del exilio, el pueblo de Dios tenía que centrarse en la adoración verdadera, y para ello debía recibir dirección competente, consuelo y orientación. Esta necesidad la llenó el tercer grupo de profetas: Ageo, Zacarías y Malaquías, quienes desarrollaron su labor en los siglos VI y V antes de nuestra era. Sigamos familiarizándonos con estos doce defensores incondicionales de la soberanía de Jehová y con la obra que efectuaron; así aprenderemos importantes lecciones aplicables a nuestro ministerio en estos tiempos peligrosos. Hablemos ahora de estos profetas uno por uno, en orden cronológico, según el tiempo en que prestaron su servicio.
PROCURAN RESCATAR A NACIONES TERCAS
7, 8. ¿Cómo nos animan las experiencias de Jonás si pasamos por una crisis de confianza?
7 ¿Ha tenido usted alguna vez una crisis de confianza? Por ejemplo, ¿le pareció que estaba perdiendo la fe? Si así es, encontrará muy valiosas las experiencias de Jonás, quien vivió en el siglo IX antes de nuestra era. Como seguramente sabrá, Dios le ordenó que fuera a Nínive —la capital de un imperio en ascenso, Asiria— para denunciar la maldad de sus habitantes. Pero en vez de dirigirse a aquella ciudad, situada a 900 kilómetros al nordeste de Jerusalén, se embarcó rumbo a un puerto que probablemente estaba en la actual España. En efecto, se fue en dirección contraria, hacia un punto que quedaba a 3.500 kilómetros de allí. ¿Qué cree usted? ¿Sería que a Jonás le entró miedo? ¿Tendría una momentánea debilidad en la fe? ¿O tal vez le inquietaba la posibilidad de que los ninivitas se arrepintieran y, al no ser destruidos, atacaran luego a Israel? La Biblia no lo aclara. Sin embargo, este ejemplo destaca la necesidad de no dejarnos llevar por razonamientos engañosos.
8 Ya sabemos cómo respondió Jonás cuando Dios lo reprendió. Mientras se encontraba en el vientre del “gran pez” que lo había engullido, reconoció un hecho esencial: “La salvación pertenece a Jehová” (Jonás 1:17; 2:1, 2, 9). Después de su liberación milagrosa cumplió su misión. Sin embargo, se sintió muy decepcionado cuando Dios decidió que ya no iba a destruir a los ninivitas, en vista de que habían escuchado su mensaje y se habían arrepentido. La actitud del profeta era muy egoísta, y por ello Jehová tuvo que volver a corregirlo con cariño. No olvidemos, sin embargo, que por más que algunas personas se centren en las faltas de Jonás, Dios lo consideró un siervo fiel y obediente (Lucas 11:29).
9. ¿Qué beneficios nos aporta el mensaje profético de Joel?
9 ¿Le molesta que la gente diga que el mensaje bíblico que usted lleva es alarmista? Pues bien, en el caso de Joel —nombre que significa “Jehová Es Dios”—, sus compatriotas le hacían la misma acusación. Al parecer, él puso por escrito sus profecías en Judá alrededor del año 820 antes de nuestra era, durante el reinado de Uzías. Por lo tanto, su ministerio coincidió en algún momento con el de Jonás. Joel anunció que la tierra sería desolada por oleadas de langostas. En efecto, el temible día de Jehová estaba muy cerca. Pero, como podremos comprobar, este profeta no solo proclamó condenación. Entre otros aspectos positivos, mencionó que habría “escapados”, es decir, personas fieles que se salvarían (Joel 2:32). Como vemos, el arrepentimiento permite obtener la bendición y el perdón de Jehová. Es reconfortante saber que esta verdad también forma parte del mensaje que nosotros llevamos a la gente. Además, el profeta anunció que Dios derramaría su fuerza activa, el espíritu santo, “sobre toda clase de carne”. ¿Se da cuenta del papel que desempeña usted en el cumplimiento de esta profecía? Asimismo, Joel destacó la única forma de salvarse: “Todo el que invoque el nombre de Jehová escapará salvo” (Joel 2:28, 32).
10. ¿Cómo utilizó Jehová a un simple trabajador temporero?
10 ¿Le infunde respeto tener que proclamar algo de tanto peso como el mensaje divino, a menudo a quienes no demuestran interés? Entonces entenderá muy bien a Amós. Él no era hijo de un profeta ni pertenecía a una comunidad profética; tan solo era pastor de ovejas y trabajador temporero. Llevó a cabo su misión durante el reinado de Uzías de Judá, hacia finales del siglo IX antes de nuestra era. Aunque de familia humilde, Amós (nombre que significa “Que Es una Carga; Que Lleva una Carga”) transmitió mensajes de peso a Judá, Israel y las naciones vecinas. ¡Cuánto nos anima saber que Jehová puede capacitar a cualquier persona para que lleve a cabo una obra tan importante!
11. ¿Qué sacrificio llegó a hacer Oseas para cumplir la voluntad de Jehová?
11 ¿Se ha planteado usted qué sacrificios estaría dispuesto a hacer para cumplir la voluntad de Jehová? Si así es, piense en Oseas, contemporáneo de Isaías y Miqueas, y profeta durante unos sesenta años. Él recibió la orden divina de casarse con Gómer, “una esposa de fornicación” (Oseas 1:2). Esta daría a luz tres hijos, de los que al parecer solo uno fue de Oseas. ¿Por qué iba a pedir Jehová a alguien que tolerara la deshonra de la infidelidad conyugal? Porque iba a valerse de esa situación para dar una lección de lealtad y perdón. Tal como una mujer adúltera engaña a su marido, el reino del norte había traicionado a Dios. Pero Jehová mostraría cuánto amaba a su pueblo invitándolo a arrepentirse. Sin duda, nos sentimos reconfortados al observar su manera de actuar.
12. ¿Cómo nos beneficia examinar el ejemplo de Miqueas y los resultados de su actividad profética?
12 En estos tiempos críticos, ¿verdad que cuesta trabajo demostrar valor y confianza absoluta en Jehová? Pues bien, si usted se esfuerza por manifestar esas cualidades, logrará ser como Miqueas. Este contemporáneo de Oseas y de Isaías pronunció mensajes contra las naciones de Judá e Israel durante los reinados de Jotán, Acaz y Ezequías, quienes ocuparon el trono de Judá en el siglo VIII antes de nuestra era. Al norte, la corrupción moral y la idolatría habían alcanzado su punto máximo, de modo que el reino de Israel fue destruido por los asirios, quienes conquistaron la capital, Samaria, en el año 740. Por su parte, Judá vivía en una constante indecisión, obedeciendo unas veces a Jehová y otras siéndole infiel. Pese a las amenazas que se divisaban en el horizonte, a Miqueas le consolaba saber que el mensaje divino que proclamaba había dado fruto. En efecto, ese mensaje había frenado temporalmente la degradación espiritual que conducía a la nación al desastre. ¿Qué puede decirse de nuestros días? Sin duda, nos anima mucho ver las reacciones positivas de algunas personas ante el mensaje de salvación que llevamos.
ANUNCIOS DE CRISIS INMINENTE
13, 14. a) ¿Cómo nos ayuda el ejemplo de Sofonías en nuestro servicio a Dios? b) ¿Qué reforma espiritual tuvo lugar gracias a la predicación de Sofonías?
13 Con el tiempo, las potencias mundiales de Egipto y Asiria fueron debilitándose, mientras que Babilonia inició un ascenso que resultaría trágico para la nación de Judá. Pero los siervos de Jehová contaban con profetas que estaban listos para advertirlos y aconsejarlos. Repasemos información sobre algunos de ellos, teniendo presente que los cristianos también predicamos un mensaje de advertencia.
14 Para hacer la voluntad de Dios, ¿ha tenido usted que romper con algunas tradiciones familiares? Si así es, entenderá muy bien a Sofonías. Es posible que este profeta fuera tataranieto del rey Ezequías y pariente del rey Josías. De ser este el caso, pertenecía a la realeza de Judá. Aun así, demostró obediencia a las instrucciones divinas al proclamar denuncias contra los dirigentes corruptos de su nación. En armonía con el significado de su nombre, “Jehová Ha Ocultado”, Sofonías destacó que la misericordia divina es lo único que permitirá que a los fieles “se les oculte en el día de la cólera de Jehová” (Sofonías 2:3). Felizmente, su valerosa predicación dio fruto. El joven rey Josías encabezó una reforma espiritual en la que eliminó los ídolos, reparó el templo y restableció la adoración pura (2 Reyes, capítulos 22, 23). Junto a sus compañeros Nahúm y Jeremías, el profeta Sofonías tiene que haber desempeñado un papel clave al apoyar y asesorar a este monarca. Por desgracia, el arrepentimiento de la mayoría de los judíos fue superficial. Tras la muerte de Josías en combate, recayeron en la idolatría, y no muchos años después fueron llevados cautivos a Babilonia.
15. a) ¿Por qué se merecía Nínive que Nahúm profetizara contra ella? b) ¿Qué aprendemos de lo que le sucedió a Nínive?
15 Tal vez usted se considere alguien del montón, uno de tantos. Pero aunque la mayoría de los cristianos no seamos figuras destacadas, tenemos un privilegio extraordinario: ser “colaboradores de Dios” (1 Corintios 3:9). Sucede algo similar en el caso del profeta Nahúm, del que tan solo sabemos que procedía de la pequeña población de Elqós, situada probablemente en Judá. Aunque él pareciera insignificante, su mensaje era importantísimo. ¿Por qué? Porque iba dirigido contra Nínive, la capital del Imperio asirio. Aunque sus habitantes habían respondido bien a la predicación de Jonás, terminaron volviendo a las andadas. Las excavaciones arqueológicas han sacado a la luz relieves en piedra que corroboran que Nínive era, como la llamó Nahúm, una “ciudad de derramamiento de sangre” (Nahúm 3:1). Dichos grabados muestran con cuánta crueldad se trataba a los prisioneros de guerra. Con lenguaje descriptivo y muy dramático, Nahúm predijo que aquella ciudad sería arrasada. Su mensaje se cumplió, y lo mismo ocurrirá con el nuestro.
16, 17. ¿Qué podemos aprender de Habacuc si nuestras expectativas acerca del fin aún no se han cumplido por completo?
16 En el transcurso de los siglos, algunos lectores de la Biblia han visto que sus expectativas acerca del día de Jehová han quedado sin cumplirse. A otros tal vez los haya decepcionado la aparente tardanza en la ejecución de los juicios divinos. Ahora bien, ¿cómo se siente usted? Probablemente comprenda la inquietud de Habacuc, quien preguntó: “¿Hasta cuándo, oh Jehová, tengo que gritar por ayuda, sin que tú oigas? [...] ¿Y por qué hay expoliación y violencia enfrente de mí[?]” (Habacuc 1:2, 3).
17 Habacuc profetizó durante una etapa muy agitada de la historia de Judá: después de la muerte del buen rey Josías y antes de la destrucción de Jerusalén en el año 607 antes de nuestra era. Las injusticias y los actos violentos estaban a la orden del día. El profeta advirtió a Judá que las alianzas con Egipto no la librarían de los sanguinarios babilonios. Su mensaje, escrito con gran energía y dramatismo, incluyó esta alentadora promesa: “En cuanto al justo, por su fidelidad seguirá viviendo” (Habacuc 2:4). Estas palabras deben ser muy importantes para nosotros, ya que el apóstol Pablo las citó en tres libros de las Escrituras Griegas Cristianas (Romanos 1:17; Gálatas 3:11; Hebreos 10:38). De igual modo, también es Habacuc quien nos transmite la siguiente garantía de Jehová: “La visión es todavía para el tiempo señalado [...]. No llegará tarde” (Habacuc 2:3).
18. ¿Por qué ordenó Jehová a Abdías que profetizara contra Edom?
18 El profeta Abdías se distingue por haber compuesto el libro más breve de las Escrituras Hebreas: solo veintiún versículos. Lo único que sabemos de él es que profetizó contra el pueblo de Edom, el cual descendía del hermano de Jacob y era, por tanto, “hermano” de los israelitas (Deuteronomio 23:7). Pero los edomitas habían tratado al pueblo de Dios de modo muy poco fraternal. Así, en el año 607 —más o menos para cuando Abdías escribió su libro— bloquearon los caminos a los judíos que huían y los entregaron a sus enemigos, los babilonios. Jehová predijo la total desolación de Edom, y la profecía se cumplió. Como en el caso de Nahúm, sabemos muy poco de Abdías. Sin embargo, es un ejemplo alentador de que Dios puede utilizar como mensajeros suyos a personas que el mundo considera insignificantes (1 Corintios 1:26-29).
ESTÍMULO, CONSUELO Y ADVERTENCIA
19. ¿Cómo fortaleció Ageo al pueblo de Dios?
19 Ageo es el primero de los tres profetas que predicaron tras el regreso del resto fiel en el año 537 antes de nuestra era. Es posible que él formara parte del primer grupo de repatriados de Babilonia. Junto con el gobernador Zorobabel y el sumo sacerdote Josué, y en colaboración con el profeta Zacarías, Ageo procuró estimular a los judíos a que superaran la oposición del exterior y a que abandonaran su propia actitud indiferente y materialista. Tenían que cumplir con el propósito de su regreso: la reedificación del templo de Jehová. Para ello, en el año 520 pronunció cuatro mensajes directos que pusieron de relieve el nombre y la soberanía de Dios. De hecho, en su libro aparece catorce veces la expresión “Jehová de los ejércitos”. Sus enérgicas proclamaciones motivaron al pueblo a reanudar la construcción del santuario. ¿Verdad que a nosotros también nos fortalece saber que Jehová, el Rey Soberano, posee poder infinito y comanda enormes batallones de ángeles? (Isaías 1:24; Jeremías 32:17, 18.)
20. ¿Qué actitud generalizada combatió Zacarías?
20 A veces pudiera desalentarnos la falta de entusiasmo de algunas personas que han servido a Dios. En tales casos es fácil sentirse identificado con el profeta Zacarías. Al igual que su contemporáneo Ageo, tenía ante sí una difícil tarea: animar a sus propios hermanos de religión a proseguir las obras del templo hasta terminarlo. Por ello, se dedicó con empeño a fortalecerlos a fin de que emprendieran esa gigantesca labor. Luchando contra la actitud cómoda que manifestaban, Zacarías los alentó a tener fe firme y demostrarla con obras, y de hecho lo logró. Además, puso por escrito muchas profecías acerca del Mesías. A nosotros también nos fortalece el mensaje de que “Jehová de los ejércitos” no olvidará a quienes buscan su favor (Zacarías 1:3).
A LA ESPERA DEL MESÍAS
21. a) ¿Por qué era tan necesario el mensaje de Malaquías? b) ¿Con qué promesa animadora cierra Malaquías las Escrituras Hebreas?
21 El último de los doce profetas, Malaquías, vivió a la altura de su nombre, que significa “Mi Mensajero”. Aunque sabemos poco sobre este personaje de mediados del siglo V antes de nuestra era, su libro muestra que era un intrépido vocero que censuró al pueblo de Dios por sus pecados e hipocresía. Describió una situación muy semejante a la que expuso Nehemías, probablemente contemporáneo suyo. ¿Por qué era tan necesario el mensaje de Malaquías? Porque se habían apagado el celo y el entusiasmo que habían generado décadas atrás los profetas Ageo y Zacarías, y la espiritualidad de los judíos se encontraba en pésimo estado. Armándose de valor, Malaquías denunció a los hipócritas y altivos sacerdotes, y criticó al pueblo por el poco interés con que adoraban a Jehová y le ofrecían sacrificios. Sin embargo, en armonía con el resto de las Escrituras, que ofrecen un brillante porvenir, Malaquías predijo la venida del precursor del Mesías, Juan el Bautista, así como la de Cristo mismo. El profeta cierra las Escrituras Hebreas con una promesa animadora: “el sol de la justicia ciertamente brillará” para quienes reverencian el nombre de Dios (Malaquías 4:2, 5, 6).
22. ¿Qué ha notado usted sobre el carácter y el mensaje de los doce profetas?
22 Como habrá notado, quienes compusieron los últimos doce libros de las Escrituras Hebreas eran hombres de fe y convicción (Hebreos 11:32; 12:1). Su ejemplo y su mensaje nos enseñan útiles lecciones a todos los que anhelamos que llegue “el día de Jehová” (2 Pedro 3:10). Veamos ahora qué influencia pueden tener estos mensajes proféticos en nuestro futuro eterno.
a En las páginas 20 y 21 encontrará un esquema que le permitirá hacer comparaciones cronológicas. Verá, por ejemplo, que hubo un momento en que la labor profética de Miqueas y Oseas coincidió con la que realizó Isaías en Jerusalén.