Éfeso
Antigua ciudad situada en la costa oeste de Asia Menor (en la actual Turquía). Fue la capital de la provincia romana de Asia y una de las ciudades más grandes del Imperio romano. Ver ASIA.
Éfeso se convirtió en una próspera ciudad comercial debido a su estratégica situación. Tenía acceso a las principales rutas marítimas del Mediterráneo y se encontraba en el cruce de importantes rutas comerciales terrestres, como la llamada calzada común, que conectaba Éfeso con regiones tan lejanas hacia el este como la India. Además, recibía una gran cantidad de visitantes que contribuía a aumentar sus riquezas. Mucha gente depositaba su dinero en el famoso templo de Ártemis, que servía de banco. Este templo se consideraba una de las maravillas del mundo antiguo. Había otros muchos templos y monumentos dedicados a dioses de Grecia, Roma, Egipto y Anatolia (Asia Menor). La ciudad contaba con el teatro más grande de Asia Menor y con un enorme estadio para competiciones atléticas y luchas de gladiadores. También tenía un ágora del Estado (una zona pública abierta que se usaba para asuntos religiosos y del gobierno) y un ágora comercial (una plaza donde se realizaban negocios). Ver el apéndice B13 y “El teatro de Éfeso y sus alrededores” en la galería multimedia.
El apóstol Pablo visitó la ciudad varias veces. La primera fue una breve parada cuando iba de Corinto a Jerusalén, durante su segundo viaje misionero. En esa ocasión, dejó en Éfeso a Áquila y Priscila para que continuaran con la predicación. Fue allí donde este matrimonio conoció a Apolos y le enseñó mejor la verdad (Hch 18:18-26). Posteriormente, Pablo pudo quedarse más tiempo en la ciudad durante su tercer viaje misionero (Hch 19:1, 8-10; 20:31). Después del año 61, Timoteo sirvió durante algún tiempo en la congregación de Éfeso (1Ti 1:3). Y, muchos años después, Jesucristo ya resucitado le envió un mensaje a esa misma congregación mediante el apóstol Juan (Ap 2:1-7).