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¿Lo sabía?

¿Lo sabía?

¿Cómo se transportaba el fuego en tiempos bíblicos?

EL CAPÍTULO 22 de Génesis dice que en cierta ocasión Abrahán tenía que ir a un lugar lejano a hacer un sacrificio a Jehová, y para ello “tomó la leña de la ofrenda quemada y la puso sobre Isaac su hijo, y tomó en sus manos el fuego y el cuchillo de degüello, y ambos siguieron adelante juntos” (Gén. 22:6).

Refiriéndose al fuego mencionado aquí, un comentarista bíblico cree que “es muy poco probable que se hubiera mantenido vivo durante el largo viaje” de Abrahán e Isaac. Por eso, aunque la Biblia no dice cómo se prendían los fuegos en aquella época, puede ser que dicho “fuego” se refiera al material necesario para encenderlo.

Sin embargo, otros comentaristas señalan que hacer fuego en aquellos días no era tarea sencilla. Seguramente, lo más fácil era conseguir brasas de cualquier vecino que hubiera, en vez de ponerse a encender un fuego de cero. Por eso, muchos biblistas creen que Abrahán llevaba un recipiente, tal vez atado con una cadenilla, lleno de brasas o carbón encendido del fuego de la noche anterior (Is. 30:14). Transportar las brasas de esa manera hubiera permitido reavivar el fuego en cualquier punto de un viaje con tan solo añadir pequeños trocitos de leña.