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Agradecidos por la bondad inmerecida de Dios

Agradecidos por la bondad inmerecida de Dios

“Todos nosotros recibimos [...] bondad inmerecida sobre bondad inmerecida” (JUAN 1:16).

CANCIONES 95 Y 13

1, 2. a) Cuente brevemente la parábola del dueño de la viña. b) ¿Cómo destaca esta parábola la generosidad y la bondad inmerecida?

 UNA mañana temprano, el dueño de una viña fue al mercado a contratar a algunos obreros para que trabajaran en sus tierras. Varios hombres aceptaron el salario que les ofreció y se fueron a trabajar. Pero no eran suficientes, y el dueño de la viña regresó al mercado varias veces para contratar a más obreros. A todos les ofreció el mismo salario, incluso a los que contrató a última hora de la tarde. Al final del día, reunió a los trabajadores para darles su salario. Les pagó lo mismo a todos, sin importar que hubieran trabajado muchas horas o solo una. Cuando se dieron cuenta, los que habían sido contratados más temprano se quejaron. Entonces, el dueño de la viña les dijo que habían aceptado la paga que les había ofrecido y que él tenía el derecho a darles a todos lo que quisiera. Además, les preguntó si sentían envidia porque él era generoso (Mat. 20:1-15, nota).

2 Esta parábola de Jesús nos recuerda una cualidad de Jehová que se menciona con frecuencia en la Biblia: su “bondad inmerecida” [1] (lea 2 Corintios 6:1). Podría decirse que los hombres que solo trabajaron una hora no merecían recibir el mismo salario que los demás. Pero el dueño de la viña fue muy bondadoso con ellos. Un experto escribió lo siguiente sobre la palabra “bondad inmerecida” (que en muchas traducciones de la Biblia suele traducirse por “gracia”): “Básicamente, la idea general es que se trata de algo que se recibe gratis y sin merecerlo; de algo que se le da a alguien aunque no se lo haya ganado ni haya hecho méritos para recibirlo”.

EL GENEROSO REGALO DE JEHOVÁ

3, 4. a) ¿Por qué ha mostrado Jehová bondad inmerecida a toda la humanidad? b) ¿Cómo lo ha hecho?

3 La Biblia dice que “la bondad inmerecida de Dios” es una “dádiva gratuita” o regalo (Efes. 3:7). ¿Por qué nos ha concedido Jehová este regalo? ¿Cómo lo ha hecho? Si hiciéramos a la perfección todo lo que Dios nos pide, mereceríamos su bondad. Desde luego, este no es el caso. Por eso, el rey Salomón afirmó: “No hay en la tierra hombre justo que siga haciendo el bien y no peque” (Ecl. 7:20). De la misma manera, el apóstol Pablo dijo: “Todos han pecado y no alcanzan a la gloria de Dios”. Y más tarde añadió: “El salario que el pecado paga es muerte” (Rom. 3:23; 6:23a). Eso es lo que merecemos.

4 Sin embargo, Jehová le demostró su amor a la humanidad pecadora mediante un acto sin igual de bondad inmerecida: envió a la Tierra a “su Hijo unigénito”, el mayor regalo de todos, para que muriera por nosotros (Juan 3:16). Por eso, Pablo escribió que Jesús había sido “coronado de gloria y honra por haber sufrido la muerte, para que por la bondad inmerecida de Dios gustase la muerte por todo hombre” (Heb. 2:9). Así es, “el don que Dios da es vida eterna por Cristo Jesús nuestro Señor” (Rom. 6:23b).

5, 6. ¿Cuál es el resultado de que domine sobre nosotros a) el pecado? b) la bondad inmerecida?

5 ¿Por qué pecamos y morimos los seres humanos? La Biblia explica que la muerte reinó por la ofensa de un solo hombre, Adán, quien se la dejó como herencia a sus hijos (Rom. 5:12, 14, 17). Pero podemos hacer que el pecado deje de reinar, o dominar, nuestra vida. Si ejercemos fe en el sacrificio de Cristo, permitimos que la bondad inmerecida de Dios reine sobre nosotros. La Biblia dice: “Donde abundó el pecado, abundó aún más la bondad inmerecida. ¿Con qué fin? Para que, así como el pecado reinó con la muerte, así mismo también la bondad inmerecida reinara mediante la justicia con vida eterna en mira mediante Jesucristo nuestro Señor” (Rom. 5:20, 21).

6 Es cierto que seguimos siendo pecadores, pero no tenemos por qué resignarnos a que el pecado domine nuestra vida. Y, si cometemos un pecado, pidámosle a Jehová que nos perdone. Pablo les advirtió a los cristianos: “El pecado no debe ser amo sobre ustedes, puesto que no están bajo ley, sino bajo bondad inmerecida” (Rom. 6:14). Es decir, llegamos a ser gobernados por la bondad inmerecida. ¿Con qué resultado? Pablo declaró: “La bondad inmerecida de Dios [...] nos instruye a repudiar la impiedad y los deseos mundanos y a vivir con buen juicio y justicia y devoción piadosa en medio de este sistema de cosas actual” (Tito 2:11, 12).

LA BONDAD INMERECIDA “EXPRESADA DE DIVERSAS MANERAS”

7, 8. ¿Qué significa que Jehová exprese su bondad inmerecida “de diversas maneras”? (Vea las fotos del principio).

7 El apóstol Pedro escribió: “En proporción al don que cada uno haya recibido, úsenlo al ministrarse unos a otros como excelentes mayordomos de la bondad inmerecida de Dios expresada de diversas maneras” (1 Ped. 4:10). ¿Qué significa esto? Que Jehová manifestará su bondad inmerecida de tal manera que podremos superar cualquier tipo de prueba que enfrentemos (1 Ped. 1:6).

8 Jehová expresa su bondad inmerecida de diversas maneras. El apóstol Juan afirmó: “Todos nosotros recibimos de su plenitud, sí, bondad inmerecida sobre bondad inmerecida” (Juan 1:16). Gracias a la bondad de Dios, recibimos muchas bendiciones. Veamos algunas.

9. a) ¿Cómo nos beneficia la bondad inmerecida de Dios? b) ¿Cómo mostramos que estamos agradecidos?

9 Nuestros pecados son perdonados. Gracias a su bondad inmerecida, Dios perdona nuestros pecados, siempre y cuando nos arrepintamos y luchemos con todas nuestras fuerzas contra nuestras malas inclinaciones (lea 1 Juan 1:8, 9). Deberíamos sentirnos muy agradecidos por la misericordia de Dios y alabarlo por ella. Pablo les dijo a sus hermanos ungidos: “Él [Jehová] nos libró de la autoridad de la oscuridad y nos transfirió al reino del Hijo de su amor, por medio de quien tenemos nuestra liberación por rescate, el perdón de nuestros pecados” (Col. 1:13, 14). Como Jehová nos perdona, podemos recibir muchas otras bendiciones maravillosas.

10. ¿De qué disfrutamos gracias a la bondad inmerecida de Dios?

10 Estamos en paz con Dios. Nacimos pecadores y, por eso, éramos enemigos de Dios. Pablo reconoció: “Cuando éramos enemigos, fuimos reconciliados con Dios mediante la muerte de su Hijo” (Rom. 5:10). Esta reconciliación nos permite estar en paz con Dios. Pablo relaciona esta bendición con la bondad inmerecida de Jehová. Refiriéndose a los hermanos ungidos de Cristo, dijo: “Ahora que hemos sido declarados justos como resultado de fe, gocemos de paz con Dios mediante nuestro Señor Jesucristo, mediante quien también hemos obtenido nuestro acceso por fe a esta bondad inmerecida en la cual ahora nos mantenemos” (Rom. 5:1, 2). No cabe duda de que es una gran bendición tener una buena relación con Jehová.

Pruebas de la bondad inmerecida de Dios: El honor de escuchar las buenas nuevas (Vea el párrafo 11).

11. ¿De qué manera los ungidos traen a la justicia a las “otras ovejas”?

11 Podemos llegar a ser justos a los ojos de Dios. Todos somos injustos por naturaleza. Pero Daniel profetizó que en el tiempo del fin los que tendrían perspicacia, es decir, los ungidos, traerían a “muchos a la justicia” (lea Daniel 12:3). Como resultado de la predicación y enseñanza que ellos realizan, millones de personas de las “otras ovejas” han llegado a ser justas ante Jehová (Juan 10:16). Sin embargo, esto solo ha sido posible por medio de la bondad inmerecida de Dios. Pablo explicó: “Es como dádiva gratuita que por su bondad inmerecida se les está declarando justos mediante la liberación por el rescate pagado por Cristo Jesús” (Rom. 3:23, 24).

El regalo de la oración (Vea el párrafo 12).

12. ¿Qué relación hay entre la bondad inmerecida de Dios y la oración?

12 Podemos acercarnos al trono de Dios en oración. Debido a su bondad inmerecida, Jehová nos concede el privilegio de dirigirnos a él en oración. De hecho, Pablo llama al trono de Dios “trono de la bondad inmerecida” y nos invita a acercarnos a él “con franqueza de expresión” (Heb. 4:16a). Jehová nos ha concedido este honor mediante su Hijo, “por medio de quien tenemos esta franqueza de expresión y un acceso con confianza mediante nuestra fe en él” (Efes. 3:12). Tener la libertad de dirigirnos a Jehová en oración es una muestra extraordinaria de su bondad inmerecida.

Ayuda en el momento oportuno (Vea el párrafo 13).

13. ¿Cómo nos ayuda la bondad inmerecida “al tiempo apropiado”?

13 Recibimos ayuda en el momento apropiado. Pablo nos animó a dirigirnos libremente a Jehová en oración “para que obtengamos misericordia y hallemos bondad inmerecida para ayuda al tiempo apropiado” (Heb. 4:16b). En cualquier momento que nos sintamos ahogados por los problemas, supliquémosle a Jehová que nos ayude. Aunque no lo merecemos, él es misericordioso y escucha nuestros ruegos. Con frecuencia, la ayuda viene a través de otros hermanos. Por eso, “podemos tener buen ánimo y decir: ‘Jehová es mi ayudante; no tendré miedo. ¿Qué puede hacerme el hombre?’” (Heb. 13:6).

14. ¿Qué otro beneficio recibimos gracias a la bondad inmerecida de Jehová?

14 Hallamos consuelo. Otra importante bendición de la que disfrutamos gracias a la bondad inmerecida de Dios es que nos consuela cuando nos sentimos afligidos (Sal. 51:17). Pablo les dirigió estas palabras a los cristianos de Tesalónica, que estaban siendo perseguidos: “Que nuestro Señor Jesucristo mismo y Dios nuestro Padre, que nos amó y dio consuelo eterno y buena esperanza por medio de bondad inmerecida, consuelen sus corazones y los hagan firmes”, es decir, que fortalezcan a los cristianos (2 Tes. 2:16, 17). Cuánto nos consuela saber que Jehová nos ama y cuida con cariño por su bondad inmerecida.

15. ¿Qué esperanza podemos tener gracias a la bondad inmerecida de Dios?

15 Tenemos la esperanza de vivir para siempre. Como somos pecadores, no tendríamos ninguna esperanza si no contáramos con la ayuda de Dios (lea Salmo 49:7, 8). Pero Jehová nos da una esperanza extraordinaria. Jesús les hizo esta promesa a sus discípulos: “Esta es la voluntad de mi Padre: que todo el que contempla al Hijo y ejerce fe en él tenga vida eterna” (Juan 6:40). Sin duda, tener la oportunidad de vivir para siempre es un regalo, una maravillosa muestra de la bondad inmerecida de Dios. Agradecido por ello, Pablo dijo: “La bondad inmerecida de Dios que trae salvación a toda clase de hombres se ha manifestado” (Tito 2:11).

NO ABUSEMOS DE LA BONDAD INMERECIDA DE DIOS

16. ¿Cómo abusaron de la bondad inmerecida de Dios algunos cristianos del siglo primero?

16 Como hemos visto, recibimos muchas bendiciones gracias a la bondad inmerecida de Jehová. Pero no debemos abusar de ella y pensar que Dios tolera toda clase de conducta. Algunos cristianos del siglo primero intentaron utilizar la bondad inmerecida de Dios para justificar su conducta desvergonzada (Jud. 4). Parece que aquellos cristianos infieles creían que podían pecar y que Jehová los perdonaría. Y, lo que es peor, trataban de convencer a los hermanos de que también hicieran cosas malas. Cualquiera que hoy actúa así desprecia “el espíritu de bondad inmerecida” (Heb. 10:29).

17. ¿Qué consejo firme dio Pedro?

17 En la actualidad, Satanás ha hecho creer a algunos cristianos que no recibirán ningún castigo, hagan lo que hagan, porque Jehová será misericordioso con ellos. Es cierto que Dios está dispuesto a perdonar a los pecadores arrepentidos, pero espera que luchemos con todas nuestras fuerzas contra los malos deseos. Jehová inspiró a Pedro a escribir lo siguiente: “Ustedes, por lo tanto, amados, teniendo este conocimiento de antemano, guárdense para que no vayan a ser llevados con ellos por el error de gente desafiadora de ley y caigan de su propia constancia. No; sino sigan creciendo en la bondad inmerecida y en el conocimiento de nuestro Señor y Salvador Jesucristo” (2 Ped. 3:17, 18).

LA BONDAD INMERECIDA IMPLICA RESPONSABILIDADES

18. Ya que Jehová nos ha mostrado bondad inmerecida, ¿qué responsabilidades tenemos?

18 Ya que estamos agradecidos a Jehová por la bondad que nos ha mostrado, sentimos que debemos usar nuestros dones para honrarlo y para hacer el bien a los demás. ¿Cómo? Pablo nos da la respuesta: “Puesto que tenemos dones que difieren según la bondad inmerecida que se nos ha dado, si es [...] un ministerio, ocupémonos en este ministerio; o el que enseña, ocúpese en su enseñanza; o el que exhorta, ocúpese en su exhortación; [...] el que muestra misericordia, hágalo con alegría” (Rom. 12:6-8). La bondad inmerecida de Jehová nos obliga a participar de lleno en la predicación, dar cursos bíblicos, animar a nuestros hermanos y perdonar a quienes nos ofenden.

19. ¿Qué analizaremos en el próximo artículo?

19 Agradecemos profundamente el amor y la generosidad de Dios, y por eso nos sentimos motivados a esforzarnos al máximo para “dar testimonio cabal de las buenas nuevas de la bondad inmerecida de Dios” (Hech. 20:24). En el próximo artículo analizaremos esta responsabilidad.

^ [1] (párrafo 2): Vea el subtítulo “bondad inmerecida” de la entrada “bondad” en la obra Perspicacia para comprender las Escrituras, volumen 1, página 366.