¿Recuerda usted?
¿Ha leído con atención los últimos números de La Atalaya? Compruebe si sabe contestar las siguientes preguntas:
Cuando reciben instrucciones de la organización de Dios, ¿qué actitud deben tener los superintendentes de circuito y los ancianos, entre otros?
Deben obedecer de inmediato. Pueden preguntarse: “¿Contribuyo a la espiritualidad de los demás? ¿Obedezco y respaldo de inmediato las instrucciones?” (w16.11, página 11).
¿Cuándo llegaron a estar bajo cautiverio de Babilonia los cristianos verdaderos?
Poco después de que murieran los apóstoles. Entonces comenzó a aparecer el clero. La Iglesia y el Estado promovieron el cristianismo apóstata y trataron de ahogar la voz de los cristianos, comparados al trigo. Pero en las décadas anteriores a 1914, los ungidos comenzaron a liberarse (w16.11, páginas 23 a 25).
¿Por qué fue importante el trabajo de Lefèvre d’Étaples?
En la década de 1520, Lefèvre tradujo la Biblia al francés para que estuviera al alcance del hombre común. Sus explicaciones de pasajes bíblicos influyeron en Martín Lutero, William Tyndale y Juan Calvino (wp16.6, páginas 10 a 12).
¿Cuál es la diferencia entre “tener la mente puesta en la carne” y “tener la mente puesta en el espíritu”? (Rom. 8:6)
Quien tiene la mente puesta en la carne se centra en los deseos e impulsos de la carne imperfecta y habla constantemente de ellos. Quien la tiene puesta en el espíritu se centra en las cosas relacionadas con Dios y trata de pensar como él. Deja que el espíritu santo dirija su mente. Tener la mente puesta en la carne significa muerte; en el espíritu, vida y paz (w16.12, páginas 15 a 17).
¿Cuáles son algunas medidas para reducir la ansiedad?
Fijar prioridades adecuadas, tener expectativas realistas, programar períodos de tranquilidad todos los días, disfrutar de la creación, tener sentido del humor, hacer ejercicio con regularidad y dormir lo suficiente (w16.12, páginas 22 y 23).
¿De qué manera fue Enoc “transferido para que no viera la muerte”? (Heb. 11:5)
Parece que Dios transfirió a Enoc de la vida a la muerte con delicadeza, sin que se diera cuenta de que estaba muriendo (wp17.1, páginas 12 y 13).
¿Por qué sigue siendo importante la modestia?
Si somos modestos, tendremos un concepto equilibrado de nosotros mismos y conoceremos nuestras limitaciones. Debemos recordar que lo que hacemos puede afectar a otros y no tomarnos demasiado en serio (w17.01, página 18).
¿Qué prueba que Dios dirigió al cuerpo gobernante del primer siglo igual que dirige a los que componen el Cuerpo Gobernante de hoy?
El espíritu santo los ayudó a entender verdades de las Escrituras, contaron con la ayuda de los ángeles para supervisar la predicación y confiaron en la guía de la Palabra de Dios. Lo mismo sucede hoy (w17.02, páginas 26 a 28).
¿Qué factores nos ayudarán a ver el rescate con gratitud?
Cuatro de ellos son: quién lo dio, por qué lo hizo, qué sacrificio implicó hacerlo y qué necesidad fue satisfecha. Debemos reflexionar en ellos (wp17.2, páginas 4 a 6).
¿Puede cambiar de opinión un cristiano que ya ha tomado una decisión?
Aunque debemos mantener nuestra palabra, a veces tenemos que reconsiderar una decisión. Cuando la gente de Nínive se arrepintió, Dios decidió que ya no destruiría la ciudad. Si las circunstancias cambian o recibimos información nueva, tal vez tengamos que rectificar una decisión (w17.03, páginas 16 y 17).
¿Por qué son tan peligrosos los chismes?
Pueden hacer que un problema se descontrole, lo que sería peor. No importa si tenemos razón o no, decir cosas hirientes nunca mejorará la situación (w17.04, página 21).