¿Vemos la necesidad de capacitar a otros?
“Buena instrucción es lo que ciertamente les daré” (PROVERBIOS 4:2).
1, 2. ¿Por qué debemos capacitar a otros para que asuman responsabilidades cristianas?
JESÚS se esforzó mucho por predicar las buenas noticias del Reino. Pero también dedicó mucho tiempo a capacitar a sus discípulos. Les enseñó a ser buenos maestros y a ser como pastores que cuidan a los siervos de Dios (Mateo 10:5-7). Felipe fue un cristiano que vivía muy ocupado predicando. Pero también les enseñó a sus hijas a predicar (Hechos 21:8, 9). Hoy día, nosotros también debemos capacitar a otros. ¿Por qué?
2 En las congregaciones de todo el mundo hay muchas personas que aprendieron la verdad de la Biblia hace poco y todavía no se han bautizado. Estas personas necesitan que las capacitemos. Debemos ayudarlas a entender por qué es bueno que aprendan a leer y estudiar la Biblia por sí mismas. También debemos capacitarlas para que prediquen y enseñen a otros el mensaje del Reino. Los hermanos que se han bautizado hace poco también necesitan capacitación para que un día puedan ser siervos ministeriales y ancianos. Toda la congregación puede hacer mucho para ayudar a los más nuevos (Proverbios 4:2).
ENSEÑEMOS A LOS NUEVOS A ESTUDIAR LA BIBLIA POR SÍ MISMOS
3, 4. a) Según Pablo, ¿qué relación hay entre el estudio de las Escrituras y la predicación? b) Para animar a otros a tener un estudio personal de la Biblia, ¿qué debemos hacer?
3 Todos los que servimos a Jehová necesitamos leer y estudiar la Biblia para saber cuál es la voluntad de Dios. El apóstol Pablo les explicó esto a sus hermanos de la ciudad de Colosas. Él les dijo: “No hemos cesado de orar por ustedes y de pedir que se les llene del conocimiento exacto de su voluntad”, es decir, la voluntad de Dios. ¿Por qué era tan importante que estos cristianos leyeran y estudiaran las Escrituras? Según Pablo, porque esto les daría sabiduría y les ayudaría a vivir “de una manera digna de Jehová” para que lo agradaran. También les ayudaría a hacer “toda buena obra” que Jehová deseaba que hicieran, sobre todo predicando las buenas nuevas (Colosenses 1:9, 10). Así que cuando demos clases de la Biblia, ayudemos a las personas a entender que leer y estudiar la Biblia con frecuencia las puede ayudar a servir a Jehová.
4 Si queremos animar a nuestros estudiantes a que estudien la Biblia por sí mismos, nosotros también debemos estudiarla. Leer la Biblia con frecuencia y meditar en ella nos ayudará en nuestra vida y en la predicación. Por ejemplo, si alguien en la predicación nos hace una pregunta difícil, podremos responderle con la Biblia. O cuando leemos que Jesús, Pablo y otros no se dieron por vencidos en la predicación, nos sentiremos animados y seguiremos predicando aunque sea difícil. Cuando les contamos a otros lo que hemos aprendido al estudiar la Biblia y cómo nos ha ayudado, es probable que se animen a estudiarla más a fondo para beneficiarse de ella.
5. Diga una manera de ayudar a los estudiantes a adoptar la costumbre de estudiar personalmente la Biblia.
5 Quizás nos preguntemos cómo podemos ayudar a nuestro estudiante a tener la costumbre de estudiar la Biblia. Podemos mostrarle cómo preparar la información que estudiaremos con él. Por ejemplo, podemos sugerirle que busque los versículos que encuentre en los párrafos. Si estamos estudiando el libro Enseña, podemos sugerirle que lea la información adicional que aparece en el apéndice del libro. Luego podemos mostrarle cómo prepararse para las reuniones con la meta de participar en ellas. También podemos animarlo a leer todos los números de las revistas La Atalaya y ¡Despertad! Además, podemos enseñarle a encontrar la respuesta a preguntas de la Biblia, quizás con la ayuda del programa de computadora Watchtower Library o la BIBLIOTECA EN LÍNEA Watchtower. Cuando el estudiante pruebe estas diferentes formas de estudio personal, de seguro lo disfrutará y deseará aprender más.
6. a) ¿Cómo puede ayudar a su estudiante a llegar a amar la Palabra de Dios? b) ¿Qué es probable que haga el estudiante si llega a sentir amor por las Escrituras?
6 Cuando estudiamos la Biblia con alguien, queremos que se dé cuenta de que la Biblia es valiosa porque lo ayuda a conocer mejor a Jehová. Enseñemos al estudiante a disfrutar estudiando, y no lo presionemos. Mientras más aprenda de la Biblia, más le gustará estudiarla. Entonces es probable que se sienta como el escritor del salmo que dijo: “Acercarme a Dios es bueno para mí. En el Señor Soberano Jehová he puesto mi refugio” (Salmo 73:28). Sin duda, el espíritu de Jehová ayudará al estudiante que quiera ser su amigo.
ENSEÑEMOS A LOS NUEVOS A PREDICAR Y ENSEÑAR
7. ¿Cómo preparó Jesús a sus discípulos para proclamar el Reino? (Vea la foto del principio del artículo).
7 Podemos aprender mucho de la manera como Jesús preparó a sus apóstoles. Él predicó con ellos, y ellos vieron cómo él enseñaba a las personas. Jesús también les dio instrucciones específicas para la predicación (Mateo, capítulo 10) [1] (vea la nota al final del artículo). En poco tiempo, los apóstoles aprendieron a enseñar la verdad sobre Dios (Mateo 11:1). Veamos dos cosas que podemos enseñarles a los nuevos cuando estamos predicando.
8, 9. a) ¿Cómo hablaba Jesús con la gente? b) ¿Qué ayuda podemos darles a los nuevos publicadores para que conversen con la gente, como hizo Jesús?
8 Conversar con la gente. Jesús no siempre les habló a grupos grandes de personas. Con frecuencia les enseñaba a las personas de manera individual. Y siempre era amigable. Por ejemplo, una vez tuvo una conversación interesante con una mujer que fue a sacar agua de un pozo cerca de la ciudad de Sicar (Juan 4:5-30). En otra ocasión habló con un hombre que cobraba impuestos y se llamaba Mateo Leví. Jesús lo invitó a ser su discípulo, y Mateo aceptó. Después, este hombre invitó a Jesús y a otras personas a comer en su casa. Allí, Jesús habló con mucha gente (Mateo 9:9; Lucas 5:27-39).
Si somos amigables y amables con las personas, será más probable que nos escuchen
9 Un hombre llamado Natanael había dicho cosas negativas de la gente de Nazaret, el pueblo de Jesús. Aun así, Jesús fue amigable con él. Como resultado, Natanael cambió la opinión que tenía de Jesús y quiso aprender más sobre él (Juan 1:46-51). ¿Qué nos enseña el ejemplo de Jesús? Que si somos amigables y amables con las personas, será más probable que nos escuchen [2] (vea la nota al final del artículo). Enseñemos a los nuevos a ser amables y amigables. Así disfrutarán más de la predicación.
10-12. a) ¿Qué hizo Jesús para cultivar el interés de las personas en el mensaje? b) ¿Cómo podemos ayudar a los publicadores nuevos a ser mejores maestros de la verdad?
10 Enseñar a los que quieren escuchar. Jesús era un hombre muy ocupado. Pero cuando las personas querían escucharlo, él les dedicaba tiempo y les enseñaba muchas cosas. Por ejemplo, en cierta ocasión un grupo grande de personas llegó a la orilla de un lago para escucharlo. Jesús se subió a una barca con Pedro y desde allí le enseñó a la gente. Después de eso también quiso enseñarle una lección a Pedro. Hizo un milagro ayudándolo a atrapar muchísimos peces. Luego le dijo: “De ahora en adelante estarás pescando vivos a hombres”. La Biblia dice que de inmediato Pedro y los que estaban con él “volvieron a traer las barcas a tierra, y abandonaron todo”. Entonces se hicieron discípulos de Jesús (Lucas 5:1-11).
11 Un hombre llamado Nicodemo también quería aprender más de Jesús. Pero era miembro del tribunal más importante de los judíos. Así que tenía temor de lo que otros pudieran decir si lo veían hablando con Jesús. Por eso fue a visitarlo por la noche. Jesús lo recibió con gusto, le dedicó tiempo y le explicó verdades muy importantes (Juan 3:1, 2). Jesús siempre estuvo dispuesto a sacar tiempo para enseñar a las personas la verdad y fortalecer su fe. Nosotros también debemos estar dispuestos a volver a visitar a las personas a una hora que les convenga y dedicarles tiempo para ayudarlas a entender la Biblia.
12 Cuando predicamos con los nuevos, podemos enseñarles a volver a visitar a las personas que parecen tener interés en nuestro mensaje. También podemos invitarlos a hacer revisitas y a dar clases de la Biblia con nosotros. Así aprenderán a ser maestros de la Biblia y tendrán la alegría de ayudar a otros a conocer a Jehová. Luego ellos mismos disfrutarán de volver a visitar a las personas y darles clases de la Biblia. Además, aprenderán a ser pacientes y no darse por vencidos enseguida si no encuentran a las personas en sus hogares (Gálatas 5:22) (vea el recuadro “ No se dio por vencido”).
ENSEÑEMOS A LOS NUEVOS A SERVIR A LOS HERMANOS
13, 14. a) ¿Qué aprendemos de los siervos de Jehová que se sacrificaron por los demás? b) ¿De qué maneras podemos enseñar a los jóvenes y a los nuevos a mostrar amor a los hermanos?
13 Jehová quiere que sus siervos nos amemos como hermanos y nos ayudemos (lea Lucas 22:24-27 y 1 Pedro 1:22). La Biblia dice que Jesús hizo todo lo que pudo por ayudar a las personas. Hasta dio su vida por nosotros (Mateo 20:28). Una cristiana llamada Dorcas tenía la costumbre de hacer cosas buenas por otros (Hechos 9:36, 39). Y otra cristiana llamada María hizo “muchas labores” por sus hermanos de Roma (Romanos 16:6). ¿Cómo podemos ayudar a los nuevos a entender que es muy importante hacer cosas buenas por los hermanos?
14 Podemos invitar a los nuevos para que nos acompañen a visitar a los hermanos mayores o a los enfermos. Los padres pueden llevar a sus hijos a hacer estas visitas, cuando sea apropiado. Los ancianos pueden pedirles a los jóvenes o a los nuevos que los ayuden a llevarles comida a los mayores o a hacer algunas reparaciones en sus casas. Si los jóvenes y los nuevos ven que los hermanos cuidan unos de otros, aprenderán a hacer lo mismo. Veamos lo que hacía un anciano. Cuando predicaba en una zona rural, visitaba a los hermanos que vivían allí para saber cómo estaban. Gracias a su buen ejemplo, un joven que lo acompañaba con frecuencia aprendió a pensar en maneras de ayudar a los hermanos (Romanos 12:10).
15. ¿Por qué es importante que los ancianos se interesen en el progreso de los hermanos de la congregación?
15 Jehová usa a hombres para enseñar su Palabra en la congregación. Por eso es importante que los hermanos aprendan a enseñar bien en sus discursos. Los ancianos pueden ayudarlos a mejorar. Por ejemplo, podrían escuchar a un siervo ministerial mientras practica un discurso (Nehemías 8:8) [3] (vea la nota al final del artículo).
16, 17. a) ¿Cómo demostró Pablo que estaba interesado en el progreso de Timoteo? b) ¿Cómo pueden los ancianos capacitar a los futuros pastores de la congregación?
16 Existe una gran necesidad de capacitar a más hermanos para que sean pastores en la congregación (vea el recuadro “¿Qué significa?”). Pablo capacitó a Timoteo y le dijo que capacitara a otros. Le dio el siguiente consejo: “Sigue adquiriendo poder en la bondad inmerecida que está relacionada con Cristo Jesús, y las cosas que oíste de mí con el apoyo de muchos testigos, estas cosas encárgalas a hombres fieles, quienes, a su vez, estarán adecuadamente capacitados para enseñar a otros” (2 Timoteo 2:1, 2). Timoteo aprendió muchas cosas de Pablo, que era anciano y apóstol. Algunas de estas cosas fueron cómo mejorar su manera de predicar y cómo ayudar a otros en la congregación (2 Timoteo 3:10-12).
17 Pablo le dedicó mucho tiempo a Timoteo porque quería asegurarse de que estuviera bien capacitado (Hechos 16:1-5). ¿Cómo pueden los ancianos copiar el ejemplo de Pablo? Invitando a los siervos ministeriales capacitados a hacer algunas visitas pastorales. De esta manera, los siervos ministeriales aprenderán cómo enseñar a otros y cómo ser pacientes y amorosos. También aprenderán a buscar la guía de Jehová para cuidar a sus siervos (1 Pedro 5:2).
ES MUY IMPORTANTE CAPACITAR A OTROS
18. ¿Por qué es importante preparar a otros en el servicio a Jehová?
18 En este tiempo del fin, muchos nuevos necesitan recibir capacitación para mejorar su manera de predicar. Además, hay necesidad de hermanos que aprendan a cuidar de la congregación. Jehová quiere que todos sus siervos estén bien capacitados y nos ha dado el privilegio de ayudar a los nuevos. Por eso, es importante que nos esforcemos por capacitar a otros, como hicieron Jesús y Pablo. Necesitamos entrenar a todos los que podamos, porque todavía hay mucho que hacer en la predicación antes de que venga el fin.
19. ¿Por qué está usted convencido de que sus esfuerzos diligentes por capacitar a sus hermanos darán buenos resultados?
19 Capacitar a los nuevos exige tiempo y esfuerzo. Pero podemos estar seguros de que Jehová y Jesús nos ayudarán a saber cómo darles la mejor capacitación. Nos alegrará ver que estos nuevos se esfuerzan por trabajar duro en la congregación y en la predicación (1 Timoteo 4:10). Al mismo tiempo, sigamos haciendo lo máximo posible por progresar en sentido espiritual, mejorar nuestras cualidades cristianas y ser mejores amigos de Jehová.
^ [1] (párrafo 7): Por ejemplo, Jesús les dijo a sus discípulos que debían hacer lo siguiente: 1) predicar el mensaje del Reino; 2) confiar en que Jehová les daría el alimento y la ropa que necesitaban; 3) evitar las discusiones con la gente; 4) confiar en Jehová cuando los persiguieran, y 5) no tener miedo de lo que la gente pudiera hacerles.
^ [2] (párrafo 9): Vea el libro Benefíciese de la Escuela del Ministerio Teocrático, páginas 62 a 64. Allí encontrará buenas sugerencias para conversar con las personas en la predicación.
^ [3] (párrafo 15): Vea el libro Benefíciese de la Escuela del Ministerio Teocrático, páginas 52 a 61. Allí encontrará sugerencias que ayudan a los hermanos a mejorar su manera de enseñar en la congregación.