¿CASUALIDAD O DISEÑO?
El brillante azul de la Pollia condensata
EL PEQUEÑO fruto de la Pollia condensata, una planta africana, posee el azul más intenso del reino vegetal, pero sorprendentemente no lo obtiene gracias a ningún pigmento. ¿Cuál es su secreto?
Piense en lo siguiente: Las paredes celulares que recubren la superficie de estos frutos están formadas por capas de diminutas hebras colocadas en paralelo. Cada capa está colocada en un ángulo ligeramente diferente a la anterior, con lo que se crea una distribución en forma de hélice o espiral. Las hebras no son azules. El secreto del intenso tono metálico e iridiscente de este fruto no es un pigmento, sino su estructura, es decir, el modo en que están distribuidas las hebras. Aunque la mayoría de las células parecen azules, vistas desde diferentes ángulos, algunas emiten reflejos verdes, rosas o amarillos debido a mínimas variaciones en las capas. Es más, al observarlas de cerca, puede notarse que los colores no son homogéneos, sino pixelados, como los colores de una pantalla de computadora.
Puesto que las bayas de la Pollia no tienen ningún pigmento, mantienen su color aunque ya no estén en la planta. De hecho, el azul de algunas bayas que fueron recolectadas hace más de cien años no ha perdido intensidad. Según los investigadores, a pesar de que este fruto no tiene pulpa y solo contiene semillas, resulta irresistible para los pájaros.
Se cree que el color estructural de la Pollia condensata podría inspirar una amplia gama de productos, desde tintes permanentes hasta un papel que no se pueda falsificar.
¿Qué le parece? ¿Es el brillante azul de la Pollia condensata producto de la evolución o del diseño?