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Añada un toque de color

Añada un toque de color

Añada un toque de color

¡QUÉ satisfacción produce darle una nueva mano de pintura al hogar! En una habitación que parezca vieja y sin color, un toque de pintura marcará la diferencia. ¿Le gustaría darle vida a una o dos piezas de la casa? Si nunca ha intentado hacerlo usted mismo, quizás descubra que es más sencillo de lo que se imagina.

¿Qué le parece si ayudamos a Fernando, Dilma (su esposa) y Vanessa (su hija de ocho años) a repintar parte de su casa? Así nos saldrá mejor cuando intentemos hacerlo en la nuestra. Pero antes de ponernos la ropa de trabajo, repasemos algunos detalles sobre la elección de colores.

Cómo escoger los colores

Es importante seleccionarlos con cuidado, pues además de embellecer la vivienda pueden influir en el estado de ánimo de los ocupantes. Los colores brillantes estimulan las emociones, mientras que los tonos pastel sin brillo son relajantes. Un color determinado tal vez parezca oscuro en una pared interior, pero pudiera verse más claro en el exterior. Los tonos que Fernando y Dilma han escogido son el amarillo limón tenue y el color hueso. Más adelante veremos en dónde los aplican.

Fíjese en el círculo de colores que aparece en esta página. Los que se encuentran directamente opuestos se llaman complementarios, y parecen realzarse cuando se colocan uno al lado del otro. Si lo que desea es una combinación conservadora, más bien que atrevida, puede elegir distintas tonalidades del mismo color, combinación que se denomina esquema monocromático.

Ahora bien, nuestros amigos desean encontrar algunas respuestas antes de empezar la tarea. A Fernando le gustaría saber qué tipo de pintura necesita, y Vanessa pregunta cómo la hacen. Así que parece buena idea visitar una fábrica de pinturas de la zona para informarnos.

Cómo se fabrica la pintura

Gerard, el propietario de la fábrica, se ha ofrecido a guiarnos en el recorrido. Entre las primeras cosas que vemos al entrar a la fábrica está una mezcladora gigantesca que revuelve una pasta pegajosa en un tanque de 800 litros. Debido al ruido, Gerard tiene que alzar la voz para que lo oigamos:

—Fabricar pintura es como hacer un pastel: hay que pesar y mezclar todos los ingredientes.

—Pero ¿cuál es la receta de la pintura moderna? —preguntamos.

—Hay cuatro ingredientes básicos —contesta Gerard—: pigmentos, aglutinantes, líquidos y aditivos especiales. La tanda de pintura que vemos revolviéndose tiene como base el dióxido de titanio, un pigmento blanco que se extrae de la tierra y que reemplaza al plomo en la fabricación moderna de pinturas... —La mezcla parece harina para hacer pan.

—La mezcla se tritura o se muele hasta convertirla en una pasta fina junto con un poco de aglutinante que, en este caso, es resina acrílica —prosigue Gerard—. Cuando al preparador le satisface la consistencia del producto, añade el resto de la resina; luego el líquido disolvente, como agua o alcohol mineral, y finalmente los aditivos especiales.

Nos interesa saber qué pintura necesitaremos para la casa. Nuestro guía nos explica: “Existen dos tipos básicos de pintura doméstica: la pintura al aceite, en la que el aglutinante es, como su nombre indica, el aceite, sea de linaza o de soja modificado, y la pintura al agua, que emplea resinas vinílicas o acrílicas. La primera resulta ideal para superficies de uso constante, como puertas o molduras de madera, pues al secarse se pone muy dura, aunque tiende a amarillearse y cuartearse con el tiempo. Por otro lado, tanto la vinílica como la acrílica de buena calidad conservan el color por más tiempo y despiden un olor menos molesto. Además, la pintura 100% acrílica para exteriores soporta mejor tanto el calor veraniego de Australia como el frío invernal de Canadá”.

Esperamos recordar sus explicaciones. Pero hay algo más que él quiere decirnos: “Ambos tipos de pintura tienen cuatro niveles básicos de lustre: de alto brillo, satinado, semimate y mate. El acabado de alto brillo es el mejor para obtener una superficie resistente. El satinado queda bien en baños y pasillos. En las salas conviene el mate o el semimate, y para los techos el mate es el más práctico”. Agradecemos a Gerard el instructivo recorrido, y regresamos a casa para acometer la parte difícil de nuestra labor: preparar las áreas que vamos a pintar.

Es esencial la preparación a fondo

El buen aspecto y la durabilidad de la pintura dependerán a buen grado de la calidad con que hagamos los trabajos de preparación. Pues bien, ha llegado el momento de arremangarnos y disponernos a trabajar duro. Quizás saquemos otras ideas prácticas. Fernando tiene dos tareas en mente: pintar el comedor y la cerca que da a la calle. Comenzaremos por el interior.

Después de sacar todos los muebles, cubrimos el piso con sábanas viejas. El primer paso es raspar la pintura descascarillada del marco de la ventana, las molduras de madera y el techo. Vamos a ayudarle a Fernando. Observe que colocó la escalera en una parte nivelada del piso; además, tendrá cuidado de nunca subir al último peldaño, pues correría un riesgo mucho mayor de caerse. El enlucido de las paredes está en muy buenas condiciones, pero tendremos que lavarlas primero con agua y detergente.

A continuación eliminamos con un raspador la materia suelta de las grietas, que luego habrá que rellenar. En las que están cerca de la ventana y el zócalo usaremos una masilla acrílica, ya que conserva su flexibilidad y soporta el movimiento entre la madera y el yeso. Después, mientras Vanessa lava las herramientas, los demás pasaremos afanosamente una lija de grano mediano por la madera y las paredes a fin de eliminar las pequeñas irregularidades y dejarlas ásperas para que agarren bien las capas de pintura.

¿Quiere saber por qué llevamos estas máscaras tan raras? Es como medida de precaución, para que no se nos irrite la garganta con la pintura y el polvo del yeso. Las gafas protectoras tampoco son bonitas, pero impedirán que nos caigan residuos en los ojos cuando trabajemos en áreas situadas sobre nuestras cabezas. Sobre todo, seremos muy cuidadosos al quitar pintura que contenga plomo (véase el recuadro “La amenaza del plomo”, en esta misma página).

Por último, limpiamos el polvo de todas las superficies con un cepillo suave. Ahora, antes de aplicar la pintura, hay que dar una primera mano o aplicar sellador tanto a la madera lijada como a los parches de las paredes. De este modo, cuando se sequen las capas finales, presentarán un acabado uniforme y no se notarán manchas debidas al lijado o a la pintura vieja. Tras la primera mano, todo está listo para las capas finales de pintura.

Observamos que la madera de la cerca está sin pintar. Después de limpiarla a fondo, tendremos que tapar las cabezas de los clavos con sellador para metal, lo que impedirá que el óxido traspase la última capa. Y dado que estará a la intemperie, necesitará dos o tres manos de pintura acrílica especial para cercas.

Bueno, es suficiente por hoy. Habiendo terminado los preparativos, mañana acometeremos la verdadera tarea: pintar.

Echemos mano de las brochas

Hoy empezaremos a cosechar los frutos de los arduos preparativos de ayer. Primero debemos revolver bien la pintura. Como es acrílica, la diluimos con un poco de agua (solo un 5% de su volumen) para que resbale de la brocha con mayor facilidad. Pero debemos tener cuidado de no rebajarla demasiado, pues quedaría muy líquida y las capas finales no cubrirían el color anterior. Pensamos utilizar una brocha amplia en los ángulos de unión de paredes y techo, y luego pintar las superficies grandes con rodillo. De este modo aceleraremos el proceso. *

Cuando escurramos el exceso de pintura de la brocha, no hay que olvidar hacerlo por un solo lado de la lata y descansar el mango en el lado limpio; así ni la brocha ni las manos terminarán cubiertas de pintura. Por último, hay que seguir esta regla: “de arriba abajo”, es decir, terminar el techo antes de pasar a las paredes. Entonces solo restará sacar las manchas de pintura de las molduras de madera con un paño humedecido y aplicarles el esmalte de alto brillo que hemos elegido. ¡Buen trabajo! Se ven hermosas las paredes en amarillo tenue y las molduras en blanco hueso.

Ahora vamos a trabajar con la cerca que da a la calle. Pensamos usar una brocha ancha para la pintura al agua. Tres manos serán suficientes. Pero como habrá que esperar alrededor de una hora entre aplicaciones para que se sequen completamente, calculamos terminar justo antes de que anochezca. ¡Manos a la obra!

Primero remojamos bien en agua las cerdas de la brocha y eliminamos el exceso de líquido. Así mejora la absorción e impide que la pintura se le seque. Tomamos bastante pintura con la brocha y la aplicamos con movimientos firmes y prolongados. Debemos estar seguros de “empujar” bien la pintura en las vetas de la madera, y no solo acariciar la empalizada.

Ya lo ve: terminamos la tercera mano justo cuando se está poniendo el Sol. La cerca quedó como nueva. Revisamos nuestra obra. Estos dos días bien han valido la pena: ha ocurrido una verdadera transformación. ¡Qué satisfacción se siente al haber engalanado el hogar de la familia con un toque de color!

[Nota]

^ párr. 24 Muchos usan cinta adhesiva protectora para hacer líneas derechas al pintar los bordes alrededor de las entradas, los marcos de las ventanas y demás ángulos y esquinas.

[Ilustración y recuadro de la página 26]

Remedios para algunos problemas comunes

MOHO. Lave la superficie con una solución compuesta de una parte de blanqueador por cuatro de agua. Use guantes y gafas protectoras. Utilice una buena pintura acrílica, pues con las de aceite es más fácil que crezca moho. Si es posible, emplee un aditivo de acción fungicida.

MANCHAS DE AGUA Y OTRAS MANCHAS. Arregle los escapes de agua o elimine la causa de la mancha. Lave con agua y detergente. Aplique una mano de base contra manchas o laca, y luego dé la primera mano de pintura.

SUPERFICIES POLVORIENTAS. Límpielas bien y aplique un sellador de secado lento. Los selladores al aceite penetran más y logran una mejor adherencia de las partículas que los hechos a base de agua.

[Recuadro de la página 27]

La amenaza del plomo

La Oficina Australiana de Protección al Medio Ambiente hace las siguientes observaciones en el folleto Lead Alert—Painting Your Home? (Alerta contra el plomo: ¿va a pintar su casa?):

▪ La presencia de plomo en la sangre, incluso en niveles relativamente bajos, puede afectar el desarrollo intelectual y el comportamiento de los niños pequeños.

▪ En el caso de los menores de cinco años, el riesgo es particularmente crítico, dado que su sistema nervioso todavía se encuentra en la etapa de desarrollo. Los niños pequeños absorben hasta un 50% del plomo que entra en su cuerpo, mientras que un adulto absorbe un 10%.

▪ Si un niño se come una cascarilla de pintura con plomo del tamaño de la uña del pulgar, mantendrá durante varias semanas un nivel bastante elevado de plomo en la sangre.

[Ilustración de la página 25]

Rueda de colores

[Ilustración de la página 25]

La “cocina” de un fabricante de pinturas

[Ilustración de la página 26]

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