Observando el mundo
Observando el mundo
Para mejorar la salud, ríase
Una buena carcajada logra más que solo alegrarle el día a la gente. De acuerdo con unos médicos japoneses, también corrige desequilibrios en los sistemas endocrino, nervioso e inmunológico, estabiliza los latidos del corazón y la respiración, y produce alivio temporal a los enfermos reumáticos. La risa estimula el sistema nervioso simpático, lo que eleva el riego sanguíneo a los músculos y aumenta la actividad del cerebro. Cuando nos reímos con ganas, también ejercitamos los músculos. El periódico IHT Asahi Shimbun cita una prueba en la que los músculos abdominales de un sujeto que se estaba riendo “mostraron el mismo grado de esfuerzo que el requerido para hacer abdominales”. El psiquiatra Michio Tanaka, de Osaka, alabó la influencia positiva de la risa. En su opinión, “es como una droga eficaz sin efectos secundarios”.
Animales “médicos”
“Cada vez más especialistas en conducta animal creen ahora que los animales salvajes son capaces de atender sus propias necesidades médicas, y lo hacen”, informa la revista The Economist, de Londres. Los chimpancés de Tanzania se curan solos las lombrices intestinales comiendo la médula de una planta que contiene sustancias letales para dichos parásitos, y los del resto de África las eliminan ingiriendo unas hojas cubiertas de púas microscópicas. Los guacamayos que consumen semillas que contienen alcaloides tóxicos también comen barro, el cual parece neutralizar su peligrosa dieta. El oso pardo de Alaska, el ánsar nival de Canadá y el lobo ingieren cierto tipo de vegetación para deshacerse de los parásitos intestinales. Los análisis de sangre hechos a distintos animales salvajes revelaron que, en su hábitat natural, muchos habían sobrevivido a graves infecciones virales y bacterianas que suelen ser mortales en cautividad. “Tales observaciones —señala The Economist— indican que los animales salvajes tienen a su alcance un recurso para mantenerse sanos que los que están cautivos no tienen.”
El asesino número uno
“El sida está por eclipsar a la Peste Negra como la peor pandemia de la historia —afirma la revista New Scientist—. En el siglo XIV, la Peste Negra barrió Europa y Asia, matando a unos 40.000.000 de habitantes. Hoy, casi setecientos años más tarde, la historia se repite.” Según un reportaje de la revista British Medical Journal, el VIH habrá segado unos sesenta y cinco millones de vidas para cuando finalice esta década. Aunque actualmente la tuberculosis y el paludismo afectan a más personas, se dice que su impacto económico y social es menor que el del sida.
Los padres y los adolescentes
Los conflictos familiares hacen mucho más daño emocional y psicológico a los padres que a sus hijos adolescentes, según un reportaje del diario londinense The Times. En él se recomienda a los progenitores que no “traten con exagerada cautela al malhumorado adolescente por miedo a herir sus delicados sentimientos”. Dice que, más bien, “deberían protegerse [...] asumiendo con mayor autoridad su papel de padres”. El profesor Laurence Steinberg, de la Universidad Temple de Filadelfia (Pensilvania, EE.UU.) y especialista en el campo de la adolescencia, indica que la capacidad de recuperación de los hijos es mucho mayor de lo que la gente supone. Después de analizar a miles de progenitores durante más de diez años, el profesor Steinberg comenta: “El padre o la madre que ejerce su autoridad es aquel que muestra cariño e interés, pero es firme y consecuente al establecer las normas, los límites y las expectativas, y hacer que se respeten”. El adolescente que se cría en tal ambiente obtiene mayores logros, es más feliz y, por consiguiente, hay menos probabilidad de que participe en conductas antisociales o delictivas, señala el reportaje.
La necesidad del contacto físico
“Necesitamos el contacto físico tanto como la luz del sol, el agua y el alimento”, afirma el semanario polaco Polityka. Todos tenemos bajo la piel una red de sensores que detectan distintos tipos de contacto físico. Cuando alguien nos toca, “el cerebro percibe, interpreta y convierte la sensación en una sonrisa, mejor humor o algún otro gesto agradable”. Los niños en particular necesitan ese contacto, sobre todo durante sus primeros años de vida. Por desgracia, muchos padres solo tocan a sus hijos cuando los visten, los bañan, les dan de comer o los castigan. No obstante, numerosos estudios indican que cuando los progenitores cargan a sus hijos, los abrazan, los besan y los acarician, estos están más sanos, se desarrollan mejor y llegan a ser más inteligentes que los que reciben un trato “distante y frío”, indica la citada revista.
Los lagos del mundo están en peligro
“No queda en este planeta un solo lago que el hombre no haya dañado ya —declara William Cosgrove, vicepresidente del Consejo Mundial del Agua—. Estamos destruyendo los lagos, y eso podría ser desastroso para las comunidades humanas que dependen de ellos.” La contaminación la causan las industrias, las granjas y las aguas negras. El señor Cosgrove dice además que es posible que un lago ya esté gravemente contaminado aunque el agua se vea pura y cristalina, y añade: “Entonces, algo pasa —como un cambio en la temperatura del agua— y, de súbito, todo el lago se transforma. Una vez iniciado el proceso, es difícil detenerlo”. El lago Victoria, el más grande de África, constituye un ejemplo, pues en las últimas dos décadas han desaparecido varias especies de peces debido a contaminantes como las aguas residuales sin depurar. Asimismo, el lago Tai Hu, de China, se halla bajo grave amenaza. “Los especialistas dicen que es tanta la contaminación, que prácticamente se puede caminar sobre la superficie”, afirma el Consejo Mundial del Agua. Según un comunicado de la agencia Reuters, un 90% del agua dulce para el consumo humano procede de los lagos.
“Tanto en el corazón... y tan poco en la cabeza”
Hay demanda de cartas de amor redactadas por profesionales, según el semanario alemán Die Woche. Para quien encuentra imposible expresar con palabras lo que siente, diversos escritores anónimos ofrecen sus servicios a cambio de unos honorarios. A petición del cliente, la redacción puede ser o bien apasionada, o bien más o menos comercial; también hay poemas, cuyo precio es negociable. El modo de abordar la creación de estas confesiones de amor varía mucho: mientras que algunos redactores anónimos son escritores profesionales o periodistas, otros lo hacen como pasatiempo. Hay quienes incluso suministran un cuestionario en la Red con el que se genera una carta computarizada. De cualquier modo, no puede garantizarse el éxito. Después de tres años de “tiernas proposiciones y promesas” elaboradas por un escritor anónimo, la novia de un fiel cliente todavía no le ha dado el sí.
La buena forma física y las ausencias por enfermedad
El ejercicio reduce las ausencias por enfermedad, según un estudio de la Sociedad Finlandesa de Forma Física. Muchos patronos lo saben, y aplican el principio a fin de mantener a su personal en el trabajo. “La mitad de la población laboral finlandesa trabaja en empresas que cuentan con programas para mantener en forma a sus empleados”, reseña Finnfacts, publicación de la Confederación Finlandesa Industrial y Patronal. “Las empresas están patrocinando cursos para dejar de fumar y perder peso, además de las diversas actividades en grupo para mantenerse en forma.” Los empresarios finlandeses invierten más de 67.000.000 de dólares anuales en dichos programas, sabiendo que la disminución del absentismo compensará varias veces la inversión.
¡Cuídese la espalda!
“Malas posturas, exceso de peso y falta de ejercicio deterioran poco a poco la columna vertebral”, dice la revista española El País Semanal. Se cree que un 80% de la población de los países desarrollados experimenta problemas de la espalda en algún momento de su vida. La Clínica Kovacs, centro español especializado en dolencias de la columna vertebral, recomienda aprender a corregir la postura a fin de prevenir y aliviar el dolor de espalda. Algunas recomendaciones sencillas son: dormir de lado con la columna derecha; al estar sentado, apoyar la espalda en el respaldo de la silla; en la computadora, mantener los hombros en su posición natural; al agacharse, doblar las rodillas y no la espalda, y si hay que permanecer de pie por mucho rato, apoyar el peso del cuerpo en una pierna mientras se descansa el otro pie en un banquillo o escalón.