Cómo proteger a sus hijos
Cómo proteger a sus hijos
“El papel de los padres en la protección de sus hijos contra las drogas es de crucial importancia. Su deber es instruirlos y darles un buen ejemplo.”—DONNA SHALALA, SECRETARIA DEL DEPARTAMENTO DE SANIDAD Y SERVICIOS HUMANOS DE ESTADOS UNIDOS.
ASÍ ES, los padres constituyen la primera línea de defensa en la guerra contra la drogadicción. Lamentablemente, no todos los progenitores son conscientes de su importante papel. “Mi padre siempre estaba ocupado —dice Ireneu, un joven de Brasil—. Hablaba muy poco con nosotros. Nunca nos dijo nada sobre las drogas.”
Note, sin embargo, qué diferente fue el caso de Alecxandros, otro chico brasileño. Él recuerda: “Cuando daban por la televisión algún programa sobre drogadictos, nuestro padre nos llamaba y nos enseñaba en qué horrible estado se encontraban debido a su adicción. A veces aprovechaba la ocasión para preguntarnos si sabíamos de compañeros de la escuela que tomasen drogas. De esta forma, nos advertía de los peligros de las drogas”.
¿Ha hablado con sus hijos de los peligros de la drogodependencia? Antes de hacerlo, tal vez tenga que informarse al respecto. Los padres cristianos pueden mostrar a sus hijos que el consumo de esas sustancias también les haría daño en sentido espiritual. La Biblia anima a mantener el cuerpo libre de toda contaminación, tanto física como espiritual (2 Corintios 7:1). Por consiguiente, un medio eficaz de proteger a sus hijos es estudiar habitualmente las Escrituras con ellos. *
Un “amigo íntimo”
También es importante que se gane la confianza de sus hijos. Jehová es amigo íntimo de sus hijos terrestres (Jeremías 3:4). ¿Es usted amigo de los suyos? ¿Los escucha con atención? ¿Le confían ellos sus problemas? ¿Le cuesta más encomiarlos que regañarlos? Dedique tiempo a conocerlos bien. ¿Tienen amigos? ¿Quiénes son? No hay que olvidar lo que la Biblia advierte: “Las malas compañías echan a perder los hábitos útiles” (1 Corintios 15:33). No tema ponerles límites claros o disciplinarlos con cariño, pues la Palabra de Dios aconseja: “Corrige a tu hijo y te hará vivir tranquilo, y te dará muchas satisfacciones” (Proverbios 29:17, Versión Popular).
Por otro lado, no minimice los peligros que los acechan. Algunos padres se confían y concluyen que como sus hijos provienen de una familia respetada, sencillamente no son de la clase de personas que consumen drogas. Sin embargo, el doctor José Henrique Silveira explica: “El traficante busca la amistad de jóvenes de familias influyentes porque son un buen negocio para él”. En efecto, si un chico respetable cae en la droga, a menudo le siguen otros.
Así que sea realista. Aprenda a detectar los primeros síntomas de la drogadicción. Por ejemplo, ¿se ha vuelto su hijo de pronto retraído, muy triste, agresivo o poco dispuesto a colaborar? ¿Se ha alejado inexplicablemente de sus antiguos amigos o de la familia? Si su respuesta es afirmativa, tiene motivos para preocuparse.
Por desgracia, a pesar del loable empeño de sus padres, algunos jóvenes sucumben a la presión y toman drogas. ¿Qué puede usted hacer si le ha ocurrido eso a su hijo?
Cuando un joven se hace drogadicto
“Cuando mis padres se dieron cuenta —dice Ireneu—, mi hermano ya llevaba varios meses tomándolas. Como jamás pensaron que uno de sus hijos pudiera algún día convertirse en drogadicto, su primera reacción fue de pánico. Al principio, mi padre solo pensó en castigar a mi hermano mediante la fuerza bruta.”
Descubrir que un hijo toma drogas probablemente despierte en los padres sentimientos de ira, frustración y fracaso. Sin embargo, cierta información publicada por el Departamento de Educación de Estados Unidos aconseja: “No se deje llevar por el pánico y no se culpe. Lo importante en este momento es guardar la calma [y] averiguar qué está pasando [...]. El consumo de drogas puede prevenirse, y la drogadicción puede curarse”.
Así pues, sea amable, aunque firme, a fin de no agravar la situación, ya que dar rienda suelta a su ira o frustración solo entorpecería la recuperación de su hijo. Además, seguro que desea verlo convertido en un adulto responsable y capaz de pensar por sí mismo. Por ello, dedique el tiempo necesario a hablar francamente con él para hacerle ver los beneficios de mantenerse apartado de las drogas. Procure averiguar qué hay en el corazón del muchacho descarriado, y escuche con atención (Proverbios 20:5).
Ireneu recuerda: “Con el tiempo, mis padres cambiaron de táctica y comenzaron a aconsejar a mi hermano. Le fijaron normas en cuanto a dónde podía ir y le cambiaron sus clases para que no se encontrara con los mismos compañeros todos los días. Además, empezaron a vigilar sus amistades y a prestar más atención a él y al resto de la familia”.
Observe las reacciones de otros padres cuando descubrieron que sus hijos tomaban drogas
y, especialmente, vea los buenos resultados que obtuvieron.Lograron ayudar a sus hijos
“Es lo peor que nos ha pasado —explica Marcelo, residente en São Paulo (Brasil)—. Mi esposa y yo no habíamos notado nada raro en nuestros dos hijos. Solían comer en restaurantes con un grupo de jóvenes a quienes creíamos conocer bien. Entonces, un amigo nos dijo que nuestros muchachos fumaban marihuana... fue un golpe tremendo. Cuando les preguntamos si era cierto, lo reconocieron al instante.”
¿Cómo reaccionó Marcelo? “Mi esposa y yo no podíamos ocultar nuestro disgusto —admite—. Pero aunque condenábamos sus acciones, no cuestionábamos su valía. Ambos concordamos en que nuestro objetivo desde aquel momento en adelante era ayudarlos a dejar las drogas. Hablamos abiertamente con ellos de nuestras intenciones, y los dos aceptaron las condiciones que les pusimos. Continuarían sus estudios y también seguirían trabajando, pero ya no saldrían solos. Les dábamos muestras de afecto todos los días, no solo en ocasiones especiales. Como trabajo en la construcción, me los llevaba conmigo siempre que podía. Empezamos a divertirnos mucho juntos y a hablar más sobre el futuro y la necesidad de tener metas en la vida que merezcan la pena.” Sí, Marcelo y su esposa pudieron ayudar a sus hijos a dejar el hábito.
Note la experiencia de otro padre brasileño. Su hijo Roberto recuerda: “Cuando mi padre descubrió que mi hermano tomaba drogas, en vez de criticarlo o disciplinarlo con dureza le demostró que era su amigo y se ganó su confianza. Averiguó quiénes eran sus amistades y qué lugares frecuentaba, y comenzó a hacerle ver que no necesitaba ni las drogas ni a esos
amigos. También le dijo que no quería pasar noches sin dormir buscándolo”. En su intento por ayudarlo, su esposa —quien no era la madre del joven— lo apoyó de lleno. Los dos concordaron en que no tenían tiempo que perder y decidieron ayudarlo en casa (véase el recuadro “Ayuda profesional”).¡No se rinda!
Criar una familia en estos “tiempos críticos, difíciles de manejar” puede resultar una tarea ardua y agotadora (2 Timoteo 3:1). Pese a ello, usted no debe descuidar nunca sus propias necesidades emocionales y espirituales (Mateo 5:3). Son muy ciertas las palabras recogidas en Proverbios 24:10: “¿Te has mostrado desanimado en el día de la angustia? Tu poder será escaso”. Gran parte de la fortaleza que necesita la obtendrá relacionándose con los cristianos verdaderos. En las reuniones que se celebran en los Salones del Reino de los Testigos de Jehová hallará apoyo y ánimo (Hebreos 10:24, 25).
La verdad es que inculcar en su familia la fe en Dios puede ser el mejor modo de protegerla de la drogadicción. Claro, Dios no obliga a los jóvenes a seguir cierto proceder en la vida, pero sí ofrece consejos útiles. En el Salmo 32:8, Dios promete: “Te haré tener perspicacia, y te instruiré en el camino en que debes ir. Ciertamente daré consejo con mi ojo sobre ti”. Nuestro amoroso Padre celestial desea proteger a los jóvenes del daño físico, emocional y espiritual que ocasionan las drogas (Proverbios 2:10-12). Tenga la seguridad de que Jehová también ayudará y apoyará a los padres que están decididos a criar a sus hijos “en la disciplina y regulación mental” divina (Efesios 6:4).
Aun así, en el mundo en que vivimos, las dificultades que conlleva la crianza de los hijos a veces resultan abrumadoras. ¿Podemos esperar algún alivio?
[Nota]
^ párr. 5 Los testigos de Jehová han publicado información que puede ayudar a los padres a hablar con sus hijos de temas tales como los peligros de las drogas. Véanse, por ejemplo, los caps. 33 y 34 del libro Lo que los jóvenes preguntan. Respuestas prácticas.
[Comentario de la página 8]
“El consumo de drogas puede prevenirse, y la drogadicción puede curarse.” (DEPARTAMENTO DE EDUCACIÓN DE ESTADOS UNIDOS.)
[Recuadro de la página 6]
Ayuda profesional
Algunos padres tal vez prefieran que su hijo inicie un programa de desintoxicación bajo supervisión médica. El tipo de tratamiento elegido es una cuestión personal. No obstante, puesto que el servicio que proporcionan las clínicas de rehabilitación varía mucho, es importante informarse bien antes de comprometerse con una de ellas. Según el psiquiatra Arthur Guerra de Andrade, profesor de la Universidad de São Paulo (Brasil), solo el 30% de quienes ingresan en tales clínicas consiguen recuperarse. Así pues, los padres deben estar pendientes del progreso de su hijo aunque el muchacho reciba ayuda profesional.
[Ilustraciones y recuadro de la página 7]
Ayuda para quienes deseen dejar las drogas
¿Quieres vencer tu adicción? Pues leer la Biblia y poner en práctica lo que dice te ayudará a lograrlo. Tal vez te resulte especialmente útil leer el libro de los Salmos, ya que en él se expresan sentimientos de dolor parecidos a los que quizá te embarguen a ti. También te fortalecerá orar con sinceridad a Dios y revelarle tus pensamientos más íntimos (Filipenses 4:6, 7). Comenzarás a sentir que él se interesa por ti y que desea que venzas tu problema. Pero como no obliga a nadie a obrar en contra de su libre albedrío, es fundamental que quieras recuperarte de verdad. El salmista David, quien recibió el apoyo de Dios en numerosas ocasiones, dijo: “Solícitamente esperé en Jehová, y por lo tanto inclinó a mí su oído y oyó mi clamor por ayuda. También procedió a hacerme subir de un hoyo de rugidos, desde el cieno del sedimento. Entonces levantó mis pies sobre un peñasco; firmemente estableció mis pasos” (Salmo 40:1, 2). En la actualidad, Dios ayuda del mismo modo a las personas que desean limpiarse y servirle.
[Ilustración de la página 5]
‘Mi padre nos advertía de los peligros de las drogas.’—Alecxandros
[Ilustración de la página 8]
Prevenga a sus hijos de los peligros que entrañan las drogas para la salud y la espiritualidad
[Ilustración de la página 8]
Vigile las amistades de sus hijos
[Ilustración de las páginas 8 y 9]
Reaccionar con calma puede evitar que se agrave la situación