Observando el mundo
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Cremalleras para las heridas
Los resultados mejoran al usar cremallera quirúrgica en vez de sutura, indica el periódico Frankfurter Allgemeine Zeitung. “Se emplean vendajes adhesivos para pegar una hilera de dientes a cada lado de la herida y luego juntarlos como un cierre de la ropa.” Un estudio del Hospital Universitario de Gotinga (Alemania) comparó dos grupos de pacientes operados de tumores de piel. Aunque a todos se les suturó el tejido subcutáneo del modo habitual, las capas superiores de la piel se unieron con cremalleras en el primer grupo y con puntos de sutura en el segundo. Las cremalleras dejaron cicatrices mucho menores y redujeron el número de antiestéticas cicatrices escalonadas.
Hormigas que producen fungicida
“Hay hormigas cultivadoras de hongos que también fabrican fungicida”, indica el servicio de noticias Bloomberg. Estas hormigas, denominadas atinios, no acarrean hasta sus galerías detritos y hojas para consumirlos —pues son incapaces de digerirlos—, sino para usarlos en estado de descomposición como sustrato donde crecerán los hongos que ellas consumen. Sin embargo, la cosecha puede perderse parcial o totalmente si la ataca un microparásito. A fin de protegerla, estos insectos jardineros cultivan dentro de sí una bacteria. “Cuando se desarrolla el hongo [parásito] indeseado —agrega la agencia—, frotan partes de su cuerpo contra él para aplicarle fungicida.”
La asistencia a las iglesias canadienses sigue menguando
“En Canadá triunfa el secularismo”, dijo el escritor francocanadiense Yann Martel al semanario Publishers Weekly. Además, el periódico The New York Times afirma que en Montreal, “la asistencia a los servicios religiosos está descendiendo tanto que en los últimos tres años al menos dieciocho iglesias fueron abandonadas o reconvertidas en apartamentos, e incluso una de ellas en pizzería”. De acuerdo con Marguerite van Die, profesora de Teología de la Queen’s University de Kingston (Ontario), “vivimos en una sociedad donde la religión ya no cuenta con autoridad cultural”.
Los rayos venezolanos ayudan a la capa de ozono
El ozono atmosférico se forma en un 90% por la radiación ultravioleta del Sol, mientras que el 10% restante, por las tormentas eléctricas. Pues bien, una región donde abundan los relámpagos es el estado venezolano de Zulia, y más concretamente el Parque Nacional Ciénagas del Catatumbo, en cuyo delta fluvial hay cada año “de ciento cuarenta a ciento sesenta días de tormentas eléctricas”, según datos del diario caraqueño The Daily Journal. Se cree que el metano, gas producido al descomponerse vegetales y otra materia orgánica procedente de lagunas y pantanos de las cercanías, se combina con las nubes bajas y el mal tiempo para desencadenar los rayos. Otra característica peculiar de las tormentas del Catatumbo es que se encuentran tan lejos que no se oye el trueno. Se trata de “un fenómeno natural sin paralelo en otras latitudes”, de acuerdo con el sitio de Internet Lost World Adventures.
Las ciudades más caras
Tokio, Moscú y Osaka son las ciudades más caras del mundo, según la consultora Mercer Human Resource Consulting, la cual midió en 144 localidades el costo comparativo de más de doscientos productos y servicios, incluidos vivienda, ropa, transporte, diversión y equipamiento doméstico. De las veinte poblaciones donde la vida está por las nubes, la mitad se encuentra en Asia. Dejando aparte la capital rusa, en Europa despuntan Ginebra, Londres y Zurich. La décima urbe más costosa de todas es Nueva York, y ninguna localidad de Canadá se halla entre las 100 primeras. Encabeza la lista de las más baratas Asunción del Paraguay.
Idiomas que desaparecen
“Las lenguas se extinguen más rápido que las especies animales del planeta”, informa un estudio citado en el rotativo londinense The Independent. Los lingüistas calculan que hay en el mundo unas 6.809, el 90% de las cuales cuenta con menos de 100.000 ciudadanos que las usen; de estas, unas 357 cuentan con menos de 50, y 46 con solo un hablante nativo. La colonización llevó a que se extinguieran 52 de las 176 lenguas aborígenes norteamericanas y 31 de las 235 australianas. Según el profesor Bill Sutherland, de la Universidad de East Anglia (Inglaterra), al comparar el riesgo que corren los idiomas y los animales, se observa que entre los primeros hay una proporción mucho más alta “en grave peligro”, “en peligro” o “en situación vulnerable”. Luego añade: “El peligro que acecha a mamíferos y aves es bien conocido, pero el que afrontan las lenguas es mucho mayor”.
Causa del resfriado común
Mucha gente cree que se resfriará si se enfría. No obstante, “por más de un siglo, la ciencia ha invertido una enorme cantidad de tiempo y energías en desterrar esta idea tradicional —dice The New York Times—. [...] Pese a ello, persiste la conexión entre catarro y clima, lo que sigue motivando estudios”. Desde que Louis Pasteur inició sus investigaciones en 1878, se han hecho miles de experimentos para ver si el enfriamiento contribuye de algún modo a los resfriados. No sorprende que los expertos titubeen al respecto. El doctor Jack Gwaltney, hijo, conocido en el mundo como destacado especialista en esta patología, afirma que el factor desencadenante no es la temperatura, sino la humedad. El punto clave es que “el resfriado común es un complejo conjunto de males, no uno solo, y que todos ellos tienen ciclos que responden al clima de formas aún desconocidas”, afirma el Times.
Problemas psicológicos en el empleo
“Las causas de incapacidad laboral están variando notablemente de las físicas a las psíquicas”, afirma el diario The Globe and Mail, de Canadá. Más de ciento ochenta compañías de este país participaron en un sondeo sobre la actuación de las empresas ante tal situación. “Los trastornos psicológicos son la causa principal de incapacidad, tanto transitoria (según el 79% de los encuestados) como a largo plazo (según el 73%).” Entre los factores que generan más estrés, ansiedad y depresión se citaron el envejecimiento del personal —al que le cuesta cada vez más mantener el ritmo—, la sobrecarga de tareas y el empleo de tecnología moderna que mantiene conectado al trabajador a su puesto en una “jornada interminable”. De acuerdo con el doctor Richard Earle, del Canadian Institute of Stress, con sede en Toronto, los empresarios pueden ayudar “preparando a los encargados para que sepan distinguir y tratar los problemas psicológicos, y suministrando programas de asistencia y otros servicios”.