Un mundo con desigualdades económicas
Un mundo con desigualdades económicas
DURANTE la segunda mitad del siglo XX, el mundo se encontraba inmerso en una Guerra Fría y estaba dividido políticamente en tres partes. Mirándose con recelo se hallaban, a un lado de la invisible cortina de hierro (telón de acero), el bloque comunista —encabezado por la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas—, y al otro, las naciones no comunistas, con Estados Unidos al frente. Los países no alineados con los anteriores bloques formaban el llamado Tercer Mundo.
Con el tiempo, esta última denominación llegó a considerarse despectiva y se sustituyó por “naciones subdesarrolladas”. Pero como esta nueva expresión también adquirió matices negativos, los economistas comenzaron a hablar de “los países en vías de desarrollo”. Con tales cambios terminológicos se destacaron más las diferencias económicas que las políticas.
El mundo del siglo XXI ya no está dividido en aquellos tres bloques políticos. Sin embargo, aún hay diferencias económicas, y concretamente industriales entre los países desarrollados y los que están en desarrollo. Los turistas de los países ricos se topan en sus viajes con personas que, a diferencia de ellos, deben hacer grandes esfuerzos por poner un plato de comida en la mesa.
Esta situación hace surgir dos preguntas importantes: ¿está el mundo destinado a permanecer dividido económicamente? ¿O se logrará algún día la igualdad entre ricos y pobres de forma que todos disfrutemos del mismo nivel de vida?
[Reconocimiento de la página 3]
© Qilai Shen/Panos Pictures