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Por qué visitamos Christmas

Por qué visitamos Christmas

Por qué visitamos Christmas

DE NUESTRO CORRESPONSAL EN FIYI

CHRISTMAS es la mayor de las 33 islas del Pacífico que forman el estado de Kiribati. * Posee una superficie de 388 kilómetros cuadrados (150 millas cuadradas), equivalente a la extensión conjunta de las otras 32 islas, y una población aproximada de 5.000 personas, de un total de 92.000 en todo el archipiélago.

Todas las islas de Kiribati menos una son atolones coralinos. Christmas no solo es el mayor de este archipiélago, sino también del mundo.

Además, esta isla es famosa por su proximidad a la línea internacional de cambio de fecha. De modo que sus pobladores son los primeros en disfrutar de un nuevo día y un nuevo año, y en celebrar fechas señaladas, como la de la muerte de Jesucristo. *

Este atolón coralino es también uno de los lugares de cría de aves marinas más importantes de los trópicos. No hace mucho se decía que anidaban allí unos veinticinco millones de charranes sombríos.

Se revela un secreto

Cuando el explorador y capitán de navío James Cook desembarcó en la isla la víspera de Navidad de 1777, el atolón —bautizado con el nombre de la festividad en inglés, Christmas *— no estaba habitado por seres humanos, pero sí por miles de aves. Durante muchos años, su ubicación fue aparentemente un secreto que solo ellas conocían.

En una de nuestras visitas, un guarda de la Wildlife Conservation Unit nos dio una gira que nos embelesó. Lo seguimos hasta una playa, donde unos gráciles e inquisitivos charranes blancos nos dieron la bienvenida sobrevolándonos juguetones, casi a nuestro alcance, sin quitarnos ojo.

Sobre tierra firme, más allá de la playa, había una colonia de charranes sombríos. Cientos de miles de estas aves acuden a la isla para criar. Cuando llegan, forman una bandada ruidosa que sobrevuela en círculos las zonas de anidación día y noche durante semanas, esperando a que todas se congreguen para entonces hacer los nidos en el suelo.

Sus polluelos inician los vuelos oceánicos a los tres meses de vida y no regresan a tierra hasta cinco o siete años después, cuando están listos para reproducirse. Durante esos años, pasan la mayor parte del tiempo en el aire, puesto que sus plumas no contienen suficiente aceite para hacerlos flotar en el agua.

Tuvimos la oportunidad de ver charranes de corona blanca en sus nidos cuidando de sus crías y huevos. Estas aves marinas construyen sus nidos, mientras que los charranes blancos ponen sus huevos en las ramas de los árboles. Afortunadamente, sus pequeños salen del cascarón con garras bien desarrolladas, justo lo que necesitan para sujetarse. Estas bolitas esponjosas que se aferraban a las ramas atrajeron enseguida nuestra atención, así como sus padres, delicadas avecillas blancas como la nieve con un llamativo pico negro.

En nuestra ruta hallamos una pardela de Pascua que no dejaba de observarnos mientras empollaba su huevo en una zona resguardada. La isla de Christmas posee además la mayor colonia de pardelas pacíficas del mundo y es una de las últimas zonas conocidas de nidificación del paíño gorgiblanco y de la fardela de Fénix. Entre otras muchas aves que crían aquí se hallan también el rabijunco colirrojo, el piquero enmascarado, el piquero pardo, el piquero patirrojo, el charrán bobo marrón y la fragata de las Christmas.

Las fragatas surcaban el aire casi sin esfuerzo, realizando asombrosas acrobacias, robando las capturas a las demás aves y compitiendo por los suculentos restos que botaban los pescadores. Su habilidad aérea surge de la necesidad, pues la fragata no suele posarse en el agua. Como en el caso del charrán sombrío, su plumaje no es del todo impermeable y, además, la envergadura de sus alas —unos dos metros (seis pies)— les dificulta elevarse desde el mar.

Aprendimos que un pajarito que habíamos avistado antes recibe el nombre de chorlito dorado siberiano. Se trata de una de las innumerables aves migratorias que recalan en el atolón para alimentarse y pasar el invierno después de un largo viaje desde las zonas de cría, situadas a miles de kilómetros, al norte del círculo polar ártico. Sus excepcionales dotes para orientarse la dirigen a este reducto aviar a 2.100 kilómetros (1.300 millas) al sur de Honolulú (Hawai).

La razón principal de nuestra visita

Visitábamos la isla regularmente no solo para observar aves, sino para relacionarnos con otros testigos de Jehová, asistir con ellos a las reuniones y predicar juntos. El aislamiento geográfico supone un verdadero problema para estos queridos hermanos. Por ejemplo, hace años un Testigo murió de repente, y fue su apenada pero valerosa esposa la que tuvo que pronunciar un discurso de funeral porque no había nadie más que pudiera hacerlo. Ella deseaba que los numerosos asistentes oyeran de la esperanza de la resurrección (Juan 11:25; Hechos 24:15).

Aparte de tres buenas versiones de la Biblia hay pocas publicaciones bíblicas en la lengua vernácula. Sin embargo, los testigos de Jehová imprimen, además de otras publicaciones, una edición mensual a todo color de la revista La Atalaya en gilbertense, algo que sorprende a muchas personas, pues hay menos de 100.000 hablantes de ese idioma. Tales publicaciones bíblicas permiten a este grupo aislado de Testigos celebrar sus reuniones semanales y cumplir con la comisión que Jesús encomendó de predicar las buenas nuevas del Reino de Dios (Mateo 24:14; Hebreos 10:24, 25).

Llegar hasta la isla de Christmas supone un reto. Pero una vez en ella se puede ir en auto de Londres a Polonia pasando por Tennessee en solo tres horas. ¿Que cómo es posible? Banana, Londres, París, Polonia, Tennessee y Tabwakea son graciosos nombres de aldeas que recuerdan los orígenes de algunos de los primeros visitantes de la isla.

Durante una de nuestras estancias, un médico muy amable nos invitó a ir con él a Polonia, lo que nos permitió predicar allí por primera vez. Como solo disponíamos de dos horas, tuvimos que correr literalmente para abarcar todas las viviendas. Todo el mundo respondió con aprecio a nuestro mensaje bíblico y aceptó publicaciones, que para sorpresa suya, estaban en su propio idioma.

Recordamos con cariño a estas personas que viven en la remota isla de Christmas. Además, también guardamos un preciado recuerdo de sus magníficos habitantes alados. Quizás el capitán Cook haya pensado que la isla no servía más que “para los pájaros”, pero en la actualidad muchas personas difieren de él. Estas, al igual que las aves, se sienten como en casa.

[Notas]

^ párr. 3 Anteriormente se las llamaba islas Gilbert. En la actualidad, Kiribati incluye, además de las dieciséis islas del archipiélago Gilbert, las Fénix, las Line y la isla Banaba (Ocean).

^ párr. 5 Obedientes al mandato de Jesús, los testigos de Jehová conmemoran su muerte una vez al año, el día que corresponde al día que murió (Lucas 22:19).

^ párr. 8 Hay también una isla del mismo nombre en el océano Índico.

[Mapas de la página 16]

(Para ver el texto en su formato original, consulte la publicación)

Christmas

Banana

Tabwakea

Londres

París

Polonia

Línea internacional de cambio de fecha

[Ilustración de la página 16]

Fragatas

[Reconocimiento]

GaryKramer.net

[Ilustración de la página 17]

Charrán blanco

[Reconocimiento]

© Doug Perrine/SeaPics.com

[Ilustración de la página 17]

Piqueros pardos

[Reconocimiento]

Valerie & Ron Taylor/ardea.com

[Ilustración de la página 18]

Predicando con Testigos locales

[Reconocimiento de la página 18]

GaryKramer.net