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¿Cuáles son los problemas?

¿Cuáles son los problemas?

¿Cuáles son los problemas?

¿Cree que los problemas de esta generación de jóvenes son más complejos que los de las anteriores? Si le parece que no, quizás piense que los jóvenes de hoy son los más afortunados de la historia.

En numerosas naciones, la medicina frena enfermedades que antaño robaban la salud y la vida de los niños; la tecnología inventa aparatos y juguetes electrónicos que eran pura fantasía para las generaciones anteriores, y la prosperidad económica ha sacado de la pobreza a millones de familias. Lo cierto es que muchísimos padres se matan trabajando para darles a sus hijos la vida y la educación que ellos no tuvieron.

Sin duda alguna, la juventud actual goza de muchas ventajas, pero al mismo tiempo afronta dificultades sin precedentes. Una de las razones de tales dificultades es que vivimos en lo que la Biblia llama “la conclusión del sistema de cosas” (Mateo 24:3). Jesucristo predijo con exactitud que esta sería una época de gran agitación social (Mateo 24:7, 8). La Biblia también la llama “los últimos días” y califica las condiciones imperantes de “difíciles de manejar” (2 Timoteo 3:1). Veamos algunos de los complicados problemas con los que luchan los jóvenes.

Problema 1

Soledad

Las películas, los programas de televisión y las revistas presentan a los jóvenes rodeados de amigos con los que crecen juntos hasta hacerse adultos. Pero la realidad de la mayoría es muy diferente.

Tras entrevistar a miles de jóvenes estadounidenses, los investigadores Barbara Schneider y David Stevenson llegaron a la conclusión de que “relativamente pocos estudiantes conservaron sus mejores amigos o sus círculos de amistades a lo largo de los años”. Muchos jóvenes “carecen del sentido de conexión y tienen muy pocos buenos amigos con quienes sincerarse”, dicen los mencionados investigadores.

Los adolescentes que logran hacer amigos no parecen tener tiempo para pasarlo con ellos. Un amplio estudio realizado en Estados Unidos reveló que la mayoría de los jóvenes dedican un 10% de su tiempo al contacto cara a cara con sus amistades, pero pasan hasta un 20% solos, más tiempo del que dedican a dichas amistades o a la familia. Comen solos, viajan solos y se divierten solos.

Algo que fomenta esta tendencia al aislamiento es la proliferación de aparatos electrónicos. Por ejemplo, en 2006, la revista Time informó que los jóvenes estadounidenses de entre 8 y 18 años pasaron un promedio de seis horas y media al día pegados al televisor, con los auriculares puestos o con los mandos de los videojuegos o el teclado de la computadora en las manos. *

Por supuesto, esta no es la primera generación que dedica horas a oír música o a jugar (Mateo 11:16, 17). Pero la enorme cantidad de tiempo que estos chicos pasan aislados con aparatos electrónicos en vez de con la familia puede ser muy nociva. Los investigadores Schneider y Stevenson afirman: “Cuando los jóvenes están solos, se les baja la autoestima, son menos felices, disfrutan menos de lo que hacen y están más apáticos”.

Problema 2

Presión para tener relaciones sexuales

Los adolescentes y hasta los preadolescentes soportan grandes presiones para que descubran el sexo. Nathan, un muchacho australiano, dice: “La mayoría de los chicos de la escuela comenzaron a tener relaciones entre los 12 y los 15 años”. Una joven de nombre Vinbay, que vive en México, señala que los encuentros sexuales eran muy comunes entre los alumnos de su escuela. Recuerda: “Se tildaba de raros a los que no lo hacían”. Y Ana, brasileña de 15 años, comenta: “Tener relaciones es tan normal entre mis compañeros que no sirve de nada decir que no una vez; tienes que insistir para que te dejen en paz”.

Un sondeo realizado en el Reino Unido con 1.000 jóvenes de distintos antecedentes y con edades comprendidas entre 12 y 19 reveló que casi el cincuenta por ciento solía participar en alguna actividad sexual. Más del veinte por ciento apenas tenía 12 años. El psiquiatra Dylan Griffiths, que dirigió la investigación, dice: “Las restricciones que ejercían tradicionalmente la familia, la Iglesia y otras instituciones han desaparecido, lo que deja a los jóvenes como víctimas desprotegidas”.

¿Son tan vulnerables los jóvenes que tienen experiencias sexuales? Un equipo de investigadores, formado por R. Rector, L. Noyes y K. Johnson, estableció en 2003 una relación directa entre estar sexualmente activo, la depresión y el incremento de las tentativas de suicidio. Tras efectuar 6.500 entrevistas, el equipo llegó a la conclusión de que “las chicas que están sexualmente activas tienen más del triple de probabilidades de deprimirse que las que no lo están”, mientras que los chicos “tienen más del doble de probabilidades”.

Problema 3

Familias divididas

Los jóvenes estadounidenses, por ejemplo, han experimentado transformaciones drásticas en la estructura familiar y en el conjunto de valores de la sociedad. Un libro especializado asegura: “En los decenios pasados se han producido grandes cambios demográficos que repercuten directamente en los jóvenes. El tamaño de las familias ha disminuido, así que los adolescentes tienen cada vez menos hermanos. Al incrementarse los divorcios, crece el número de niños que pasan parte de su infancia con uno solo de los padres. Y como cada vez hay más madres trabajadoras con hijos menores de 18 años, es menos probable que haya un adulto en casa” (The Ambitious Generation—America’s Teenagers, Motivated but Directionless [La generación ambiciosa: adolescentes estadounidenses, motivados pero sin rumbo]).

Tanto si los hijos viven con uno o con ambos progenitores, muchos se sienten alejados de ellos precisamente cuando más los necesitan. Un estudio que durante varios años siguió la conducta de 7.000 adolescentes indicó que la mayoría de ellos consideraba que sus padres eran cariñosos y comprensivos. Con todo, “solo un tercio dijo que recibía atención especial y ayuda cuando tenía algún problema. De hecho, la mayoría de adolescentes opina que en los momentos difíciles es menos probable que sus padres intervengan para ofrecerles apoyo”.

En Japón, los fuertes lazos familiares se están debilitando por la búsqueda de prosperidad material. Yuko Kawanishi, profesora de Sociología, dice: “La mayoría de los progenitores de los adolescentes actuales pertenecen a la generación de la posguerra y crecieron bombardeados por un nuevo conjunto de valores que ensalzaban el éxito económico y la acumulación de riquezas”. ¿Qué principios les transmiten a sus hijos? “Muchos padres se preocupan principalmente de que logren buenos resultados académicos —dice Kawanishi—. Con tal de que sus hijos estudien, relegan todo lo demás a un segundo plano o ni siquiera les importa.”

¿Cómo incide en los jóvenes este énfasis desmedido en los logros académicos y el triunfo? En Japón, a menudo aparece en los medios de comunicación la palabra kireru, término que describe cómo se derrumban los jóvenes ante la presión de dar el máximo. “Tal vez los chicos se descontrolan porque no ven que su familia tenga un efecto restrictivo en su comportamiento”, sugiere Kawanishi.

Razón para el optimismo

Queda claro, pues, que vivimos en “tiempos críticos, difíciles de manejar” (2 Timoteo 3:1). No obstante, la Biblia hace mucho más que solo predecir que la gente de esta época afrontaría graves problemas.

La Biblia ofrece consejos edificantes para que los jóvenes mejoren su vida. Jehová Dios, su Autor, desea intensamente enseñarles a resolver sus problemas (Proverbios 2:1-6). Quiere que disfruten de la vida. Su Palabra puede dar “sagacidad a los inexpertos, conocimiento y capacidad de pensar al joven” (Proverbios 1:4). Veamos cómo pueden ser útiles los principios bíblicos.

[Nota]

^ párr. 10 En Japón, se llama hikikomori a los adolescentes que se aíslan de la sociedad y se encierran en su habitación. Este fenómeno, que cada vez es más frecuente, afecta a una población que oscila entre 500.000 y 1.000.000 de jóvenes.

[Comentario de la página 5]

De acuerdo con un estudio, las chicas que están sexualmente activas tienen más del triple de probabilidades de deprimirse que las que no lo están

[Ilustración y recuadro de la página 6]

Conducta autodestructiva

En 2006, un informe oficial reveló que en un año se había duplicado en Gran Bretaña el consumo de cocaína entre los chicos de 11 a 15 años. Sesenta y cinco mil dijeron haber probado la droga. En Holanda, más del veinte por ciento de los jóvenes de entre 16 y 24 años tienen cierta dependencia del alcohol o padecen alguna enfermedad relacionada con esta sustancia.

Otros muchos jóvenes manifiestan su desesperanza de forma más contundente. Se laceran, muerden o queman. “Unos 3.000.000 de estadounidenses se mutilan, y 1 de cada 200 adolescentes lo hace de manera crónica”, comentan los investigadores Len Austin y Julie Kortum.

[Ilustración de la página 3]

Muchos jóvenes no tienen amigos íntimos en quienes confiar