Estamos maravillosamente hechos
Estamos maravillosamente hechos
CUANDO reflexionamos sobre las capacidades extraordinarias de ciertos animales, ¿no sentimos a veces una punzada de envidia? Quizás nos gustaría volar como una gaviota, nadar como un delfín, ver como un águila o correr como una gacela.
Ciertamente, los animales poseen dotes asombrosas. Pero nosotros no nos quedamos atrás; de hecho, el cuerpo humano es llamado la máquina perfecta. Claro está, nosotros somos mucho más que una máquina: poseemos creatividad, un espíritu curioso, imaginación e ingenio. Esas cualidades nos llevan a inventar máquinas que hacen posible materializar casi todo lo que se nos ocurra. Por eso podemos volar, excediendo incluso la velocidad del sonido; surcar vastos mares navegando sobre la superficie del agua o por debajo de ella; penetrar con nuestros ojos hasta 14.000 millones de años luz en el espacio; observar detalladamente la célula, y desarrollar nuevas medicinas, terapias y técnicas para el diagnóstico y tratamiento de las enfermedades.
Aun con muy poca o ninguna ayuda externa, las personas con buena salud y entrenamiento logran cosas asombrosas. En los Juegos Olímpicos, por ejemplo, contemplamos extasiados la destreza, el arte, la creatividad y la gracia con que gimnastas, clavadistas, patinadores sobre hielo, esquiadores y otros deportistas realizan sus hazañas.
¿Apreciamos los dones que poseemos como humanos? De acuerdo, no seremos deportistas olímpicos, pero tenemos muchos talentos por los cuales estar agradecidos. Por tal motivo, un escritor bíblico cantó a Dios con estas palabras: “Te elogiaré porque de manera que inspira temor estoy maravillosamente hecho” (Salmo 139:14). * Lo invitamos a meditar sobre esta declaración mientras lee los artículos que siguen, donde analizaremos con más detalle algunas de las maravillas del cuerpo humano, así como otras características aún más admirables que nos hacen seres únicos.
[Nota]
^ párr. 5 Los lectores interesados en la cuestión de la creación frente a la evolución disfrutarán leyendo los folletos ¿Es la vida obra de un Creador? y El origen de la vida. Cinco cuestiones dignas de análisis. Se pueden pedir a los testigos de Jehová de su localidad o a los editores de esta revista.
[Recuadro de la página 3]
DISEÑADOS PARA AHORRAR ENERGÍA
La postura erecta propia del género humano es muy eficiente en términos energéticos, pues mantener la alineación vertical del cuerpo requiere poca actividad muscular. De hecho, cuando estamos de pie “solo gastamos un 7% más de energía que cuando estamos acostados”, dice el neurocientífico John R. Skoyles. Según él, un perro gasta un 70% más de energía cuando está sobre sus cuatro patas que cuando está echado.