Consolemos a los afligidos
Consolemos a los afligidos
“Jehová me ha ungido [...] para consolar a todos los que están de duelo.” (ISAÍAS 61:1, 2.)
1, 2. ¿A quiénes debemos consolar, y por qué?
JEHOVÁ, el Dios del verdadero consuelo, nos enseña a interesarnos por los atribulados. Sí, nos instruye para que “hable[mos] confortadoramente a las almas abatidas” y consolemos a los afligidos (1 Tesalonicenses 5:14). A nuestros hermanos en la fe les damos tal apoyo siempre que lo necesitan, y también tratamos con amor a quienes no pertenecen a la congregación, incluso si no han demostrado tenernos afecto (Mateo 5:43-48; Gálatas 6:10).
2 Jesucristo leyó la siguiente comisión profética y se la aplicó a sí mismo: “El espíritu del Señor Soberano Jehová está sobre mí, por razón de que Jehová me ha ungido para anunciar buenas nuevas a los mansos. Me ha enviado para vendar a los quebrantados de corazón, [...] para consolar a todos los que están de duelo” (Isaías 61:1, 2; Lucas 4:16-19). Los ungidos contemporáneos reconocen desde hace mucho que dicha comisión también les corresponde a ellos, y las “otras ovejas” colaboran gustosas en esa obra (Juan 10:16).
3. ¿Cómo podríamos ayudar a quienes se preguntan por qué permite Dios las desgracias?
3 Cuando las desgracias se abaten sobre ellas, las personas suelen quedar desoladas y * No obstante, se ha observado que algunos empiezan a recibir consuelo en cuanto leen pasajes bíblicos como el de Isaías 61:1, 2, que revela el deseo de Dios de confortar a los seres humanos.
piensan: “¿Por qué permite Dios que ocurran las calamidades?”. Aunque en las Escrituras se contesta con claridad a esa pregunta, si no las han estudiado, tal vez les tome tiempo comprender bien la respuesta. En las publicaciones de los testigos de Jehová se encuentra la ayuda que necesitan.4. ¿Qué ayuda dio una Testigo de Polonia a una colegiala deprimida, y qué ideas para ayudar al prójimo extraemos de esta experiencia?
4 Jóvenes y ancianos necesitan consuelo. Por ejemplo, una adolescente deprimida de Polonia pidió consejo a una amiga testigo de Jehová. Con preguntas discretas, esta logró discernir que la abrumaban diversos interrogantes y dudas: “¿Por qué hay tanta maldad? ¿Por qué sufre la gente? ¿Por qué pasa tantos padecimientos mi hermana paralítica? ¿Por qué estoy enferma del corazón? La Iglesia dice que es la voluntad de Dios, pero si eso es verdad, dejaré de creer en él”. La hermana oró en silencio a Jehová y luego dijo: “Me alegro de que me lo hayas preguntado. Voy a intentar ayudarte”. A continuación le contó que ella también había tenido dudas de pequeña, y le explicó que los Testigos la habían ayudado: “Aprendí que Dios no tiene la culpa de nuestro dolor. Él nos ama, quiere lo mejor para nosotros y pronto realizará grandes cambios en la Tierra, de modo que desaparecerán las enfermedades, los achaques de la vejez y la muerte, y los seres humanos obedientes vivirán para siempre aquí mismo, en este planeta”. Luego le enseñó Revelación 21:3, 4; Job 33:25; Isaías 35:5-7 y 65:21-25. Tras una larga conversación, la joven dijo con gran alivio: “Ahora sé cuál es la razón de mi vida. ¿Podría volver a verte?”. Ella comenzó a recibir un curso bíblico dos veces por semana.
Valiéndonos del consuelo que da Dios
5. ¿Qué deben contener nuestras palabras compasivas para ser de verdadero consuelo?
5 Al confortar al prójimo conviene emplear palabras compasivas que, unidas al tono de la voz, reflejen profundo interés por su aflicción. Para ello, no podemos recurrir a las típicas frases gastadas. La Palabra de Dios nos dice que “mediante nuestro aguante y mediante el consuelo de las Escrituras” podemos tener esperanza (Romanos 15:4). Así pues, cuando sea oportuno, debemos explicar qué es el Reino de Dios y mostrar con la Biblia cómo resolverá los problemas actuales; luego, hemos de exponer qué razones existen para confiar en tal esperanza. De este modo, lograremos impartir consuelo.
6. ¿Qué es aconsejable que entiendan nuestros oyentes para que se beneficien al máximo del consuelo de las Escrituras?
6 Para beneficiarse al máximo del consuelo, nuestros oyentes tienen que conocer quién es el Dios verdadero, qué clase de persona es y por qué son dignas de crédito sus
promesas. Cuando tratamos de confortar a quienes no adoran a Jehová, es aconsejable explicarles lo siguiente: 1) el consuelo de la Biblia procede de Jehová, el Dios verdadero; 2) él es el Todopoderoso, Creador de cielo y Tierra, y un Dios de amor, rico en bondad amorosa y verdad; 3) al acercarnos a él adquiriendo conocimiento exacto, recibimos fuerzas para afrontar las dificultades, y 4) la Biblia contiene pasajes que guardan relación con los diversos problemas que afrontan las personas.7. a) ¿Qué se logra al destacar que el consuelo que da Dios “abunda mediante el Cristo”? b) ¿Cómo consolaríamos a quien reconoce que ha actuado mal?
7 Al hablar con los afligidos que tienen cierto conocimiento de las Escrituras, algunos les hacen una dádiva espiritual leyéndoles 2 Corintios 1:3-7, con especial hincapié en la frase “el consuelo que recibimos abunda mediante el Cristo”. Valiéndose de este texto les muestran que la Biblia es una fuente de ánimo a la que deben prestar más atención y, además, sientan las bases para seguir dialogando, quizás en ocasiones posteriores. Y si alguien cree que sus problemas se deben a sus malas acciones, podemos indicarle, sin erigirnos en jueces, que es un alivio saber lo que dicen 1 Juan 2:1, 2 y Salmo 103:11-14. De estas maneras confortamos al prójimo con el consuelo que da Dios.
Cuando sufren violencia o problemas económicos
8, 9. ¿Qué buen consuelo podemos dar a los afectados por la violencia?
8 La vida de millones de seres humanos se ve gravemente afectada por la violencia, sea debido a la delincuencia o a las guerras. ¿Cómo podemos consolarlos?
9 Ante los conflictos de este mundo, el cristiano verdadero evita con mucho cuidado apoyar con sus palabras o acciones a alguna facción (Juan 17:16). Antes bien, dando buen uso a la Biblia, prueba que las dificultades actuales no proseguirán indefinidamente. A veces muestra con Salmo 11:5 lo que opina Jehová de quienes aman la violencia, y con Salmo 37:1-4, la exhortación que Dios nos hace de no pagar con la misma moneda, sino confiar en él. Así mismo, Salmo 72:12-14 revela cómo considera el Salomón Mayor —Jesucristo, quien ya reina en los cielos— a las víctimas inocentes de la violencia.
10. ¿Qué consuelo brindan los textos citados a quienes han vivido por años en medio de guerras?
10 A consecuencia de las luchas por el poder de los bandos de este mundo, hay quienes han soportado un conflicto bélico tras otro, por lo que dan por sentado que la guerra y sus secuelas son parte de la vida. Creen que la única esperanza de mejorar su situación es huir a otro país. Sin embargo, la mayoría no lo logra, y no pocos mueren en el intento; y los que sí lo consiguen suelen ver que no han hecho más que cambiar unos problemas por otros. Para ayudarles a cifrar su esperanza en algo más fiable que la emigración, podemos usar Salmo 146:3-6. Además, la profecía de Mateo 24:3, 7, 14 ó 2 Timoteo 3:1-5 les permitirá formarse un cuadro global y entender qué significan las condiciones que soportan, a saber, que vivimos en la conclusión de este viejo sistema. Y si les leemos pasajes como Salmo 46:1-3, 8, 9 e Isaías 2:2-4, quizás acepten que hay esperanzas bien fundadas de que reine la paz en el futuro.
11. ¿Qué pasajes confortaron a una mujer de África occidental y por qué?
11 Al persistir la guerra en África occidental, una mujer huyó de su hogar en medio de los tiroteos. Su vida se vio marcada por temores, penas y amargas decepciones. Cuando la familia ya residía en otro país, el esposo quemó el certificado de matrimonio, la echó junto con su hijo de 10 años —a pesar de estar embarazada— y se hizo sacerdote. Al escuchar la lectura de Filipenses 4:6, 7 y Salmo 55:22, y recibir artículos bíblicos de La Atalaya y ¡Despertad!, aquella señora halló al fin consuelo y propósito en la vida.
12. a) ¿Qué alivio ofrecen las Escrituras a quienes sufren graves apuros económicos? b) ¿Cómo ayudó una Testigo asiática a una clienta?
12 La ruina económica también afecta a millones de seres. Algunas veces, su origen está en la guerra y sus secuelas, y otras, en políticas imprudentes que, unidas a la codicia y deshonestidad de algunos gobernantes, provocan la pérdida de ahorros y posesiones. Hay, por último, quienes nunca han tenido muchos bienes materiales. En todos los casos, les consolará saber que Dios promete socorrer a quienes confían en él y que garantiza un nuevo mundo en el que disfrutaremos con la labor de nuestras manos (Salmo 146:6, 7; Isaías 65:17, 21-23; 2 Pedro 3:13). Por ejemplo, en una nación asiática, una Testigo oyó a cierta clienta manifestar su profunda inquietud por la situación económica de la zona, de modo que le explicó que aquello era parte de un conjunto de sucesos que tenían lugar en el mundo entero. Luego habló con ella de Mateo 24:3-14 y Salmo 37:9-11, y logró establecer un estudio bíblico regular.
13. a) ¿Cómo ayudaríamos con la Biblia a quienes han sufrido muchos desengaños ocasionados por promesas vacías? b) ¿Cómo razonaríamos con quienes creen que las condiciones en que viven prueban que Dios no existe?
13 Cuando las personas llevan años soportando dificultades, así como muchos desengaños ocasionados por promesas vacías, pudieran parecerse a los israelitas que moraban en Egipto, quienes no escuchaban “por [...] desánimo” (Éxodo 6:9). En tales casos conviene destacar cómo les ayudará la Biblia a superar sus problemas y a huir de las trampas evitables en las que caen tantas víctimas (1 Timoteo 4:8b). Algunos creen que las condiciones en que viven prueban que Dios no existe o no se preocupa por ellos. Usando textos adecuados, podríamos tratar de hacerles comprender que él brinda auxilio, pero muchos no lo aceptan (Isaías 48:17, 18).
Cuando resultan afectados por tormentas o terremotos
14, 15. ¿Cómo demostraron su preocupación los testigos de Jehová cuando un desastre dejó conmocionadas a muchas personas?
14 Los desastres provocados por tormentas, terremotos, incendios o explosiones causan mucho dolor. ¿De qué maneras brindaremos consuelo a los supervivientes?
15 La gente necesita saber que hay alguien que se preocupa por ellos. Tras un ataque terrorista, buena parte de la población de cierto país quedó conmocionada. Algunos habían perdido familiares, que a veces eran su única fuente de ingresos; otros, amigos o empleos, y bastantes más, la seguridad que creían tener. Los testigos de Jehová los visitaron en sus hogares, se condolieron por sus grandes pérdidas y les llevaron palabras de aliento tomadas de las Escrituras. Muchos lo agradecieron profundamente.
16. ¿Por qué fue muy eficaz el ministerio de dos publicadoras locales cuando se produjo una catástrofe en cierta región de El Salvador?
16 El Salvador registró en 2001 un fuerte terremoto, seguido de una enorme avalancha de lodo que dejó un saldo de muchos muertos. Entre ellos se contó un joven de 25 años y las dos hermanas de su novia. Tanto esta como la madre del muchacho eran Testigos, y no tardaron en salir al ministerio. No era raro que les dijeran que las víctimas habían fallecido porque Dios se las había llevado o porque era Su voluntad, pero las dos probaban con Proverbios 10:22 que él no desea que suframos, y con Romanos 5:12, que la muerte se debe al pecado del hombre, y no a la voluntad divina. También exponían el confortador mensaje de Salmo 34:18, Salmo 37:29, Isaías 25:8 y Revelación 21:3, 4. Los vecinos las escuchaban con interés, sobre todo en vista de que ambas habían perdido familiares, así que se iniciaron muchos estudios bíblicos.
17. ¿Qué tipos de ayuda podemos brindar en tiempos de calamidad?
17 Cuando azota un desastre, pudiéramos encontrar a alguien que necesita que le brindemos ayuda física inmediata, como llamarle a un médico, llevarlo a un hospital o hacer lo posible por darle comida y techo. En 1998, tras una calamidad acontecida en Italia, un periodista comentó que los testigos de Jehová “actúan de forma práctica y tienden la mano al afligido, sin mirar a qué religión pertenece”. Hay sectores donde los sucesos predichos para los últimos días ocasionan grandes sufrimientos. En tales lugares, los testigos de Jehová dirigen la atención a las profecías de la Biblia y confortan a sus oyentes con la garantía que esta ofrece de que el Reino de Dios traerá verdadera seguridad al ser humano (Proverbios 1:33; Miqueas 4:4).
Cuando fallece un familiar
18-20. ¿Con qué palabras y obras podemos consolar a quien ha perdido a un familiar?
18 Todos los días, millones de dolientes lloran la pérdida de un ser querido. Tal vez nos encontremos con ellos en el ministerio cristiano o al atender asuntos cotidianos. ¿Con qué palabras y obras podemos consolarlos?
19 ¿Está la persona sumida en un torbellino de emociones? ¿Tiene la casa llena de parientes? Probablemente queramos decirle muchas cosas, pero es importante actuar con prudencia (Eclesiastés 3:1, 7). Lo mejor suele ser darle el pésame, dejarle una publicación bíblica adecuada (folleto, revista o tratado) y volver a los pocos días. Entonces, cuando sea oportuno, nos ofreceremos a enseñarle algunos versículos alentadores con la intención de tranquilizarla y animarla (Proverbios 16:24; 25:11). Es cierto que, a diferencia de Jesús, no poseemos la facultad de resucitar a los muertos. Pero sí está en nuestra mano explicar lo que dicen las Escrituras sobre la condición en que estos se encuentran, teniendo presente que tal vez no sea el momento de rebatir errores doctrinales (Salmo 146:4; Eclesiastés 9:5, 10; Ezequiel 18:4). Leámosle las promesas bíblicas sobre la resurrección (Juan 5:28, 29; Hechos 24:15) y aclaremos lo que significan, valiéndonos quizás de algún ejemplo referido en la Palabra inspirada (Lucas 8:49-56; Juan 11:39-44). Destaquemos también las cualidades del amoroso Dios que nos brinda dicha esperanza (Job 14:14, 15; Juan 3:16). Además, expliquemos cómo nos han beneficiado individualmente tales enseñanzas y por qué confiamos en ellas.
20 Invitemos al doliente al Salón del Reino, pues allí conocerá personas que de verdad aman al prójimo y que saben edificarse mutuamente. Así le ocurrió a una señora en Suecia, quien descubrió que aquello era lo que llevaba buscando toda la vida (Juan 13:35; 1 Tesalonicenses 5:11).
21, 22. a) ¿Qué implica dar consuelo? b) ¿Cómo podemos consolar a quien ya conoce bien las Escrituras?
21 Cuando vemos sufrir a alguien, sea dentro o fuera de la congregación cristiana, ¿nos sentimos a veces inseguros de qué decir o qué hacer? Pues bien, el verbo griego que en la Biblia suele traducirse por “consolar” significa literalmente “llamar al lado de uno”. De modo que consolar eficazmente implica ponerse a disposición de los afligidos (Proverbios 17:17).
22 ¿Y si la persona a quien queremos consolar ya conoce las enseñanzas bíblicas sobre la muerte, el rescate y la resurrección? Entonces nuestra mera presencia, como amigos que tenemos sus mismas convicciones, puede resultarle reconfortante. Si el afligido desea hablar, escuchémosle con interés. No pensemos que tenemos que darle un discurso. Si leemos algún pasaje, presentémoslo como expresiones de Dios que nos brindan fortaleza tanto a nosotros como a él. Mostrémosle, además, que compartimos la certeza de que las promesas bíblicas se harán realidad. Si imitamos la compasión de Dios y hablamos de las preciosas verdades de su Palabra, contribuiremos a que los atribulados reciban alivio y fortaleza de Jehová, “el Dios de todo consuelo” (2 Corintios 1:3).
[Nota]
^ párr. 3 Véanse los libros El conocimiento que lleva a vida eterna (cap. 8), Razonamiento a partir de las Escrituras (págs. 194-198, 373-380) y ¿Existe un Creador que se interese por nosotros? (cap. 10), así como el folleto ¿De veras se interesa Dios por nosotros?
¿Qué diría usted?
• ¿A quién culpa mucha gente por las desgracias? ¿Cómo podemos ayudarles?
• ¿Cómo podríamos ayudar a nuestros oyentes a beneficiarse al máximo del consuelo de las Escrituras?
• ¿Qué situaciones afligen a muchas personas en la zona en que usted vive? ¿Cómo puede consolarlas?
[Preguntas del estudio]
[Ilustraciones de la página 23]
Llevamos un mensaje de auténtico consuelo en tiempos de aflicción
[Reconocimiento]
Campo de refugiados: UN PHOTO 186811/J. Isaac
[Ilustración de la página 24]
La mera presencia de un amigo es reconfortante