Incapacitado pero ansioso por colaborar
Incapacitado pero ansioso por colaborar
AL VER por primera vez a Leonardo, nadie se lo imaginaría trabajando como obrero de la construcción, pues perdió ambas manos en un accidente laboral. Aun así, tal como puede observarse en la fotografía, Leonardo trabajó duro recientemente en una obra en la ciudad salvadoreña de Acajutla.
Para poder trabajar en esa construcción, Leonardo diseñó sus propias herramientas. Introduce el antebrazo derecho por un tubo metálico que está sujeto al extremo de una pala y entonces, con mucha habilidad, echa tierra en una carretilla. En lugar de empuñaduras, sujetó unos aros a los brazos de la carretilla, de modo que puede empujarla sin ayuda. ¿Qué le motivó a participar en dicha construcción?
Leonardo quería colaborar en las obras de un Salón del Reino, que es el centro de adoración de la congregación local de los testigos de Jehová. Muy bien podría haberse excusado y no participar en la obra, pues trabajaba a tiempo completo, estaba incapacitado y ya cumplía la función de siervo ministerial en su congregación. Con todo, quería hacer cuanto pudiera para servir a Dios también en las tareas de construcción.
¿Sirve usted a Dios con ese mismo espíritu? En lugar de excusarse por su discapacidad, Leonardo usó sus facultades mentales para diseñar sus propias herramientas y efectuar una labor que de otro modo le hubiera sido imposible realizar. De esta manera, sirvió a Dios “con toda [su] mente” (Mateo 22:37). Todo el que participa en la construcción de un Salón del Reino en cualquier lugar del mundo, esté incapacitado o no, manifiesta esa misma actitud de entrega. Las reuniones de los testigos de Jehová están abiertas al público, y lo invitamos cordialmente a ellas.