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¿Están los testigos de Jehová en contra de la medicina?
Jesús declaró: “Las personas en salud no necesitan médico, pero los enfermizos sí” (Mateo 9:12). Está claro que, según la Biblia, no hay nada de malo en acudir a un profesional de la salud para mantenerse sano y prolongar la vida. Por eso, los testigos de Jehová no tienen ningún inconveniente en recibir tratamiento médico. Es más, al igual que Lucas —médico cristiano del siglo primero—, algunos Testigos se dedican a la medicina (Colosenses 4:14).
Ahora bien, los testigos de Jehová rechazan los tratamientos que van en contra de los principios bíblicos. Por ejemplo, como la Biblia manda abstenerse de la sangre, los Testigos no aceptan transfusiones sanguíneas (Génesis 9:4; Levítico 17:1-14; Hechos 15:28, 29). Y también evitan los tratamientos o técnicas que se valen de algún “poder mágico”, pues la Biblia condena las prácticas espiritistas y el ocultismo (Isaías 1:13; Gálatas 5:19-21).
Sin embargo, numerosos profesionales de la salud ofrecen tratamientos que pueden salvar la vida del paciente y que son compatibles con las normas divinas. Lo que es más, dichos tratamientos —que muchos testigos de Jehová deciden aceptar— suelen ser de mejor calidad que los que violan los principios bíblicos.
Claro está, las opiniones respecto al tema de la salud son muy diversas. Además, lo que a una persona le viene bien no siempre es lo más indicado para otra. Por consiguiente, para asegurarse de obtener un diagnóstico certero y recibir el tratamiento adecuado, muchos buscan una segunda opinión (Proverbios 14:15).
Como es natural, en materia de salud, cada testigo de Jehová toma sus propias decisiones. Si no hay una ley divina de por medio, se vale de su conciencia (Romanos 14:2-4). Cuando se va a someter a un tratamiento, primero investiga en qué consiste y con esta información decide si su conciencia guiada por la Biblia le permite aceptarlo o no (Gálatas 6:5; Hebreos 5:14).
¿Por qué ejercen tanto cuidado los Testigos al tomar este tipo de decisiones? Para ilustrarlo, pensemos en un conductor que se acerca a una intersección muy transitada. ¿Verdad que no se lanzaría a cruzarla sin pensar, limitándose a seguir los autos que van delante? Eso sería una insensatez. Lo lógico sería frenar, evaluar el tránsito y entonces decidir cuándo cruzar. Del mismo modo, cuando un Testigo debe tomar una decisión que afecta su salud, no se lanza sin pensarlo, siguiendo la opinión general. Más bien, analiza con calma sus opciones a la luz de la Biblia y entonces decide lo que va a hacer.
Los testigos de Jehová valoran mucho la atención que reciben de los profesionales de la salud y agradecen la dedicación con la que ejercen su abnegada labor.