EN PORTADA | LOS TESTIGOS DE JEHOVÁ. LO QUE USTED NO SABE
¿Cómo financian sus actividades?
Todos los años imprimimos y distribuimos cientos de millones de Biblias y de publicaciones bíblicas. Construimos y tenemos en funcionamiento sucursales e imprentas por todo el mundo. Estamos organizados en decenas de miles de congregaciones y nos reunimos en lugares sencillos y dignos a los que llamamos Salones del Reino. ¿Quién paga por todo esto?
Todas nuestras actividades se financian mediante donativos voluntarios (2 Corintios 9:7). Ya en 1879, el segundo número de esta revista, que se llamaba Zion’s Watch Tower declaró: “[Esta revista] tiene, según creemos, a JEHOVÁ como su apoyador, y mientras así sea nunca mendigará ni hará petición a los hombres por apoyo”. Hasta el día de hoy, esta es nuestra postura.
Los donativos se pueden enviar directamente a alguna sucursal o se pueden dejar en las cajas de contribuciones de los Salones del Reino. No pedimos el diezmo ni hacemos colectas, ni cobramos por nuestros servicios religiosos ni por nuestras publicaciones. Nadie nos paga por predicar, enseñar en la congregación ni por construir lugares de reunión. Después de todo, Jesús dijo: “Recibieron gratis; den gratis” (Mateo 10:8). Ningún miembro de la orden religiosa que trabaja en las oficinas centrales ni en las sucursales cobra un salario, ni siquiera los miembros del Cuerpo Gobernante o junta directiva de los testigos de Jehová.
“En cuanto a la financiación, se efectúa, como todas las actividades de los testigos de Jehová, de manera voluntaria, cada quien determina la cantidad y la frecuencia de sus ‘donaciones’ religiosas.” (Tribunal Europeo de Derechos Humanos, 2011)
Las donaciones también se utilizan en labores de socorro. Los cristianos del primer siglo ayudaban con gusto a quienes pasaban adversidades (Romanos 15:26). De igual modo, hoy día ayudamos a las víctimas de desastres reconstruyendo sus casas y dándoles alimento, ropa y atención médica. También reparamos los Salones del Reino de las comunidades afectadas.