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LOS JÓVENES PREGUNTAN

¿Cómo puedo controlar mis emociones?

¿Cómo puedo controlar mis emociones?

“Un día me siento genial, y al día siguiente tengo el ánimo por los suelos. Lo que ayer no me parecía tan importante, hoy me parece un problemón” (Carissa).

¿Sientes que tu ánimo sube y baja como si estuvieras en una montaña rusa? a Si es así, este artículo es para ti.

 Las causas

 Durante la pubertad, los adolescentes suelen tener altibajos emocionales. E incluso si ya estás en los últimos años de la adolescencia, tus emociones pueden cambiar de la noche a la mañana y de forma totalmente impredecible.

 Aunque no entiendas por qué te ocurren estos cambios de humor, ten presente que a tu edad es algo normal. ¿Por qué? Recuerda que en este período se producen cambios hormonales y también es común tener dudas e inseguridades. ¡Pero no te preocupes! Puedes llegar a entender tus emociones y aprender a controlarlas.

 La realidad: Es muy importante que aprendas a controlar tus emociones ahora, pues te será útil cuando seas adulto y te enfrentes a situaciones difíciles.

Los sentimientos negativos son como agujeros en una carretera. Con un poco de práctica, podrás esquivar los peores y disfrutar más del recorrido.

 Tres cosas que puedes hacer

 Habla con alguien. La Biblia dice: “Un compañero verdadero ama en todo tiempo, y es un hermano nacido para cuando hay angustia” (Proverbios 17:17).

 “Hay una amiga de la familia que es como una tía para mí. Siempre me escucha con atención y siento que puedo contarle cualquier cosa. Cuando lo que digo está bien, me dice que está orgullosa de mí; pero si estoy equivocada, me corrige de la mejor manera posible” (Yolanda).

 Sugerencia: En vez de hablar solo con gente de tu edad —que quizás tienen los mismos altibajos que tú—, habla con uno de tus padres o con un adulto de confianza.

 Escribe lo que sientes. La Biblia explica que Job, cuando estaba muy desanimado, dijo: “Ciertamente daré salida a mi preocupación [...]. ¡Hablaré, sí, en la amargura de mi alma!” (Job 10:1). Además de hablar con alguien, otra forma de “dar salida” a las preocupaciones es poniendo por escrito nuestros sentimientos.

 “Siempre llevo una libretita a todas partes. Cuando pasa algo que me hace sentir mal, lo pongo por escrito. Es una terapia perfecta para mí” (Iliana).

 Sugerencia: Escribe en un diario cómo te sientes, por qué te sientes así y qué puedes hacer para sentirte mejor. Algo que te puede ayudar es hacer la actividad que acompaña a este artículo.

 Órale a Jehová. La Biblia dice: “Arroja tu carga sobre Jehová mismo, y él mismo te sustentará. Nunca permitirá que tambalee el justo” (Salmo 55:22).

 “Cuando estoy deprimida le oro mucho a Jehová. Siempre me quedo más tranquila cuando le cuento todo lo que siento” (Jasmine).

 Sugerencia: Aunque te sientas mal, piensa en tres cosas por las que estás agradecido. Cuando hables con Jehová pídele ayuda, pero también dale gracias por las cosas buenas.

a Este artículo habla de los cambios emocionales por los que pasan muchos adolescentes. Si sufres trastorno bipolar u otro tipo de depresión, lee el artículo “¿Qué hago si estoy deprimido?”.