LOS JÓVENES PREGUNTAN
¿Cómo puedo educar mi conciencia?
¿A qué se parece la conciencia?
A un GPS (o a un mapa)
A un espejo
A un amigo
A un juez
La verdad es que se parece a los cuatro, y en este artículo verás por qué.
¿Qué es la conciencia?
La conciencia es como una voz interior que te dice lo que está bien y lo que está mal. La Biblia enseña que la conciencia es como una “ley escrita en el corazón” (Romanos 2:15, Dios habla hoy, 1994). Si tu conciencia está bien educada, te ayudará a analizar algo que ya hiciste o algo que piensas hacer.
La conciencia es como un GPS (o un mapa). Te dirige por el camino correcto para que puedas evitar problemas.
La conciencia es como un espejo. Refleja cuáles son tus valores y muestra cómo realmente eres.
La conciencia es como un buen amigo. Te da buenos consejos y te ayuda a que te vaya bien. Pero tienes que hacerle caso.
La conciencia es como un juez. Te hace sentir culpable cuando haces algo malo.
Conclusión: La conciencia es esencial para 1) tomar decisiones sabias y 2) corregir lo que has hecho mal.
¿Por qué deberías educar tu conciencia?
La Biblia dice: “Mantengan una buena conciencia” (1 Pedro 3:16). Esto es difícil de hacer si no la has educado.
“Les mentía a mis padres sobre dónde iba y lo guardaba en secreto. Al principio me molestaba mi conciencia, pero con el tiempo lo que hacía no me parecía tan grave” (Jennifer).
Finalmente, Jennifer escuchó su conciencia y les dijo a sus padres lo que estaba haciendo, porque ya no quería seguir engañándolos.
Piensa en esto: ¿En qué momento tendría que haberle remordido la conciencia a Jennifer?
“Llevar una doble vida es muy difícil y estresante. Una vez que tu conciencia te deja hacer algo malo, es más fácil hacer otras cosas malas” (Matthew).
Algunas personas nunca escuchan su conciencia. “Han perdido todo sentido moral”, dice la Biblia (Efesios 4:19). La Nueva Versión Internacional lo explica así: “Han perdido toda vergüenza”.
Piensa en esto: ¿Les va mejor en la vida a las personas que no tienen ninguna clase de remordimientos cuando hacen cosas malas? ¿En qué problemas se meterán?
Conclusión: Para tener una buena conciencia, necesitas tener “discernimiento para distinguir lo que está bien de lo que está mal” (Hebreos 5:14).
¿Cómo puedes educar tu conciencia?
Para educar tu conciencia necesitas ponerte normas y comparar lo que haces con esas normas. Algunas personas siguen las mismas normas de:
su familia y su cultura
otros jóvenes
personas famosas
Sin embargo, las normas que enseña la Biblia son mucho mejores. No nos sorprende, porque la Biblia “está inspirada por Dios”, quien nos creó y sabe lo que más nos conviene (2 Timoteo 3:16).
Veamos algunos ejemplos.
LA NORMA: “Deseamos comportarnos con honradez en todo” (Hebreos 13:18).
¿Cómo influye esta norma en tu conciencia cuando te sientes tentado a hacer trampa en un examen, mentirles a tus padres o robar?
Si tu conciencia te anima a ser honrado en todo lo que haces, ¿cómo crees que esto te puede ayudar ahora y en el futuro?
LA NORMA: “¡Huyan de la inmoralidad sexual!” (1 Corintios 6:18).
¿Cómo influye esta norma en tu conciencia cuando te sientes tentado a ver pornografía o a tener relaciones sexuales antes de casarte?
Si tu conciencia te anima a huir de la inmoralidad sexual, ¿cómo crees que esto te puede ayudar ahora y en el futuro?
LA NORMA: “Sean bondadosos unos con otros, trátense con ternura y compasión, y perdónense con generosidad” (Efesios 4:32).
¿Cómo influye esta norma en ti cuando no estás de acuerdo con tus hermanos o con un amigo?
Si tu conciencia te anima a perdonar y mostrar compasión, ¿cómo crees que esto te puede ayudar ahora y en el futuro?
LA NORMA: Jehová “odia a todo el que ama la violencia” (Salmo 11:5).
¿Cómo influye esta norma en ti cuando eliges películas, programas de televisión y videojuegos?
Si tu conciencia te anima a rechazar el entretenimiento violento, ¿cómo crees que esto te puede ayudar ahora y en el futuro?
CASO REAL: “Tengo amigos que jugaban videojuegos violentos, y yo también lo hacía. Pero mi papá me dijo que no jugara más a esos juegos. Así que solo lo hacía cuando iba a casa de mis amigos. Pero, cuando llegaba a casa, no decía nada. Mi papá me preguntaba qué me pasaba, y yo le decía que nada. Un día leí Salmo 11:5 y me empecé a sentir mal por lo que estaba haciendo. Me di cuenta de que tenía que dejar esos videojuegos. Y esta vez sí lo hice. Al ver mi ejemplo, uno de mis amigos también dejó de jugar videojuegos violentos” (Jeremy).
Piensa en esto: ¿Cuándo empezó a funcionar la conciencia de Jeremy y en qué momento le hizo caso? ¿Qué aprendes de lo que le pasó a Jeremy?
Conclusión: La conciencia revela quién eres y lo que es importante para ti. Y tu conciencia, ¿qué dice de ti?