LOS JÓVENES PREGUNTAN
¿Tiene algo de malo el sexteo?
¿Qué es el sexteo?
El sexteo (o sexting) es la práctica de enviar por teléfono celular mensajes, fotos o videos eróticos o de claro contenido sexual. “Es lo que hacen todos ahora —comentó un soltero—. Empiezas a intercambiar mensajes con alguien y enseguida acabas mandando y recibiendo fotos sexis.”
Según un fiscal citado en un artículo de The New York Times, algunos adolescentes piensan que “tener en el teléfono una foto de su pareja desnuda sirve para decirle al mundo que disfrutan de vida sexual”. Y añade: “Es como llevar la marca de un chupetón en el cuello”. Una chica hasta dice que el sexteo es un tipo de “sexo seguro” porque “ni quedas embarazada ni te contagias de nada”.
Otras razones por las que algunos jóvenes sextean son las siguientes:
Piensan que es una buena manera de coquetear.
Ya recibieron una foto explícita y se sienten obligados a “devolver el favor”.
¿Qué tiene de malo?
Tan pronto como envías algo por celular, lo pones en manos de otros. ¡Y quién sabe qué efecto tendrá en tu reputación lo que puedan hacer con eso! “Nunca ha sido tan fácil guardar y reenviar los errores ajenos”, dice la encargada de un estudio sobre sexteo publicado por el Centro de Investigación Pew.
Fíjate en lo que les ha sucedido a algunos que han mandado fotos suyas sin ropa:
Alguien las ha reenviado a todos sus contactos para que se rían.
Su ex se ha vengado enviándoselas a medio mundo.
¿SABÍAS ESTO? Enviar por teléfono imágenes de chicos y chicas desnudos se ha calificado en algunos lugares de abuso de menores o distribución de pornografía infantil. Incluso se ha acusado de estos delitos sexuales a algunos menores.
¿Qué nos aconseja la Biblia?
La Biblia no prohíbe el placer sexual, siempre y cuando sea entre esposo y esposa (Proverbios 5:18). Pero sí nos da pautas claras sobre la conducta sexual. Examinemos algunos versículos:
“Que la fornicación y la inmundicia de toda clase, o la avidez, ni siquiera se mencionen entre ustedes, [...] tampoco comportamiento vergonzoso, ni habla necia, ni bromear obsceno.” (Efesios 5:3, 4.)
“Amortigüen [o repriman] los miembros de su cuerpo [...] en cuanto a fornicación, inmundicia, apetito sexual, deseo perjudicial y codicia.” (Colosenses 3:5.)
Estos versículos no solo prohíben “la fornicación” (relaciones sexuales entre personas no casadas), sino que también prohíben “la inmundicia” y el “apetito sexual”. La inmundicia es cualquier conducta sucia a los ojos de Dios y que puede dañar nuestra amistad con él. ¿Y el apetito sexual? En este caso se refiere a los fuertes deseos que podrían llevarte a hacer algo que la Biblia condena, no a los deseos sexuales naturales que las personas casadas pueden satisfacer.
Pregúntate:
¿Por qué podría decirse que el sexteo es un tipo de “inmundicia”?
¿Dirías que el sexteo despierta el “apetito sexual”?
¿Te parece que es “perjudicial” querer ver o enviar fotos de gente desnuda? ¿Por qué?
Los siguientes textos bíblicos nos dan una razón más poderosa aún para no sextear.
“Haz lo sumo posible para presentarte aprobado a Dios, [alguien] que no tiene de qué avergonzarse.” (2 Timoteo 2:15.)
“¡Qué clase de personas deben ser ustedes en actos santos de conducta y hechos de devoción piadosa[!]” (2 Pedro 3:11.)
Estos textos destacan el valor y la importancia de hacer lo correcto. Si te comportas como Dios espera de ti y no cedes a tus impulsos, te ahorrarás muchos problemas y tendrás una buena conciencia (Gálatas 6:7).
Pregúntate:
¿Qué clase de persona soy?
¿Me importa la reputación de los demás?
¿De veras quiero divertirme haciendo algo que puede herir a otros?
¿Cómo podría el sexteo dañar mi reputación?
Si mis padres se enteran de que sexteo, ¿seguirán confiando en mí?
CASO REAL “Una amiga mía tenía un novio en secreto. Ella le envió una foto suya desnuda, y él le envió una de él. No habían pasado ni dos días cuando a su padre le dio por mirar sus mensajes. Lo descubrió todo y quedó destrozado. Cuando él le pidió explicaciones, ella tuvo que admitir lo que había hecho. Sé que mi amiga está muy arrepentida, pero sus padres todavía no se han recuperado. Están tan decepcionados que ni siquiera saben si podrán volver a confiar en ella.”
La realidad de la vida: El sexteo es algo sucio y vergonzoso. Enviar y ver mensajes de ese tipo te rebaja. “Me siento asquerosa y mal conmigo misma”, dice una chica que se dejó convencer por su novio para que sexteara.
En vista de que puedes meterte en problemas con Dios, tus amigos, tus padres y la ley, más vale que sigas los siguientes consejos de la Biblia:
“Huye de los deseos que acompañan a la juventud.” (2 Timoteo 2:22.)
“Haz que mis ojos pasen adelante para que no vean lo que es inútil”, o perjudicial (Salmo 119:37).
¿Qué harías en este caso?
Trata de poner en práctica los consejos de la Biblia en una situación real. Fíjate en lo que le sucedió a Janet y elige la mejor opción.
“Una vez conocí a un chico, e intercambiamos números. En una semana ya me estaba pidiendo que le enviara fotos mías en bikini.” (Janet)
¿Qué debió haber hecho Janet? ¿Qué habrías hecho tú?
OPCIÓN 1. Enviársela. Tal vez pienses que eso no tiene nada de malo. Total, cuando vas a la playa, todo el mundo te ve en traje de baño.
OPCIÓN 2. Enviarle una menos atrevida y esperar a ver qué pasa. Tal vez pienses que las intenciones del chico no son muy claras.
OPCIÓN 3. Borrar el mensaje. Tal vez pienses que es obvio lo que el chico está buscando.
¿No te parece que la tercera opción es la mejor? Con razón dice la Biblia que “el prudente ve el peligro y lo evita”, mientras que “el inexperto sigue adelante y sufre las consecuencias” (Proverbios 22:3, Nueva Versión Internacional).
En este caso, como en muchos otros, la raíz del problema pudo haber sido una mala elección de amigos. Y es que la gente con la que te juntas puede llevarte a hacer cosas que no están bien. Y tú, ¿eliges tus amistades con cuidado? (Proverbios 13:20.) “Júntate con quienes sabes que no hacen nada malo”, aconseja una chica llamada Sara. Delia dice algo parecido: “Algunos supuestos amigos, en lugar de ayudarte a portarte bien, intentan que hagas lo mismo que ellos. Pero si lo que hacen va en contra de lo que Dios dice, andar con ellos te llevará a hacer lo que en el fondo sabes que está mal. Y tú no quieres eso, ¿verdad?”.