18 DE NOVIEMBRE DE 2016
RUSIA
SEGUNDA PARTE (suplemento)
Entrevistas exclusivas: Expertos condenan la amenaza de Rusia de prohibir la Traducción del Nuevo Mundo de las Santas Escrituras
Este es el segundo de una serie de tres artículos.
Hace poco, el presidente de Rusia, Vladimir Putin, aprobó una enmienda para otorgar inmunidad legal a ciertos textos sagrados. Aun así, las autoridades rusas quieren prohibir la Traducción del Nuevo Mundo de las Santas Escrituras de los testigos de Jehová, tachándola de “extremista”. El caso todavía está pendiente ante el tribunal, el cual ordenó al Centro de Estudios Socioculturales Especializados de Moscú que llevara a cabo un análisis de la obra. Mientras tanto, hemos entrevistado en exclusiva a destacados expertos en religión, política y sociología, así como en historia soviética y postsoviética.
¿Qué opinión tienen los biblistas sobre la Traducción del Nuevo Mundo de las Santas Escrituras, y qué reputación tienen los testigos de Jehová como traductores?
“Igual que muchas otras traducciones bíblicas, la Traducción del Nuevo Mundo refleja un esfuerzo sincero por entender el sentido del texto original y transmitirlo de la forma más exacta posible. Las traducciones bíblicas hechas por organizaciones religiosas reflejan ciertas tradiciones teológicas, y lo mismo sucede con la Traducción del Nuevo Mundo (por ejemplo, al usar el nombre Jehová en toda la obra), pero eso no incide en la credibilidad de la traducción. En el 2014 se publicó la versión en estonio y recibió mucha atención por parte de traductores bíblicos estonios de diferentes ideologías cristianas y del mundo académico. La consideraron una traducción clara y de agradable lectura. Además, la versión en estonio de la Traducción del Nuevo Mundo recibió el tercer premio en la votación popular para el premio al logro lingüístico del año 2014, otorgado por el Ministerio de Investigación y Educación” (Dr. Ringo Ringvee [Estonia], consejero de Asuntos Religiosos del Ministerio del Interior de Estonia y profesor extraordinario de Religión Comparada en el Instituto Teológico de la Iglesia Luterana Evangélica de Estonia).
“Los especialistas en estudios religiosos tienen claro que los testigos de Jehová proclaman los principios y valores fundamentales de la Biblia. Los Testigos tienen una buena reputación como traductores de la Biblia” (Dr. Roman Lunkin [Rusia], director del Centro de Estudios de la Religión y la Sociedad del Instituto Europeo de la Academia Rusa de las Ciencias, en Moscú, y presidente de la Unión de Expertos en Religión y Derecho).
“Todos sabemos que hoy en día existen muchas traducciones bíblicas, desde la traducción del Antiguo Testamento de la Septuaginta griega hasta las traducciones en los idiomas de hoy, incluido el ruso. Como es de esperar, debido al marco conceptual de cada idioma, todas las traducciones tienen distintos matices. No obstante, lo principal es que el sentido básico del texto original permanezca inalterado en cada traducción bíblica, sin importar cómo se interprete. Y, en mi opinión, la Traducción del Nuevo Mundo logra ese objetivo” (Dra. Ekaterina Elbakyan [Rusia], profesora de Sociología y Gestión de Procesos Sociales en la Academia de Trabajo y Relaciones Sociales de Moscú, miembro de la Asociación Europea para el Estudio de las Religiones y editora en jefe de las versiones en ruso de Westminster Dictionary of Theological Terms, Study of Religion y Encyclopedia of Religions).
“La Traducción del Nuevo Mundo ha recibido muchos elogios por parte de biblistas de diferentes religiones y de todas partes del mundo” (Dr. Gerhard Besier [Alemania], profesor emérito de Estudios Europeos en la Universidad Técnica de Dresde, profesor en la Universidad de Stanford y director del Instituto Sigmund Neumann para la Investigación sobre la Libertad y la Democracia).
“La traducción de la Biblia de los testigos de Jehová no es el trabajo de un grupo de aficionados. Es una enorme labor que ha tomado muchos años y en la que han colaborado un gran número de traductores profesionales, incluidos conocidos lingüistas, los mejores especialistas en lenguas antiguas. Los expertos —concretamente, los biblistas— que han analizado la nueva versión de los Testigos han llegado a la conclusión de que no hay diferencias de sentido entre las diversas traducciones a lo largo del tiempo, y que los testigos de Jehová no han introducido innovaciones extremistas en su traducción. Las expresiones arcaicas y los conceptos que hoy son difíciles de entender se presentan en un lenguaje más moderno. Los protestantes han aceptado esta traducción sin reparos y la ven como parte de la obra mundial de educación bíblica” (Dra. Liudmyla Fylypovych [Ucrania], profesora y directora del Departamento de Historia de las Religiones y Estudios Prácticos del Instituto de Filosofía de la Academia Nacional de Ciencias y vicepresidenta de la Asociación Ucraniana para la Investigación de la Religión).
“Es cierto que la Traducción del Nuevo Mundo ha recibido críticas por parte de algunos biblistas conservadores. Pero tales críticas se limitan a ciertos asuntos doctrinales que giran en torno a la traducción de algunos textos clave. Los testigos de Jehová no le han añadido a la Biblia ninguna idea que incite al extremismo o a la violencia. Por el contrario, siempre se han valido de la Biblia para fomentar la paz y luchar contra la violencia” (Dr. George Chryssides [Reino Unido], exdirector de Estudios Religiosos en la Universidad de Wolverhampton e investigador honorario de Religión Comparada en la Universidad de York St. John y la Universidad de Birmingham).
“No me cabe ninguna duda de que no es una publicación extremista, y dentro de las traducciones bíblicas, es una versión digna. Como hablo varios idiomas (inglés, japonés y hebreo), entiendo las dificultades de la traducción. No obstante, la Traducción del Nuevo Mundo no ofrece más dificultades que muchas otras buenas traducciones, e incluso tiene menos que otras, como la propia King James” (Frank Ravitch [Estados Unidos], profesor de Derecho que ocupa la cátedra Walter H. Stowers de Derecho y Religión en la Universidad Estatal de Míchigan).
“No hay traducción bíblica que sea perfecta, y eso se debe a muchas razones. Hay pasajes de la Traducción del Nuevo Mundo que yo habría traducido de otra manera. Pero lo mismo podría decirse de todas las demás traducciones. No soy un experto en ruso (aunque lo entiendo), así que no puedo juzgar las características literarias de una traducción rusa. Cuando la versión en estonio de la Traducción del Nuevo Mundo vio la luz en el 2014, tuvo una muy buena acogida entre el público. Algunos la consideraron el ‘logro lingüístico del año’ por su calidad y claridad. Puesto que se ha utilizado una metodología sistemática para verter la Traducción del Nuevo Mundo a distintos idiomas, se puede decir que el producto final es prácticamente el mismo, salvo por algunas pequeñas diferencias debidas a las peculiaridades del idioma de destino. No me parece que la versión rusa sea muy diferente de la estonia. Por tanto, puedo afirmar con toda seguridad que es una traducción fiable y en absoluto una publicación peligrosa o extremista” (Dr. Ain Riistan [Estonia], profesor de Nuevo Testamento en la Facultad de Teología y Estudios Religiosos de la Universidad de Tartu y profesor adjunto de Teología de Iglesias Libres e Historia de las Religiones en el Seminario Teológico de Tartu).
“Lamentablemente, muchas de las autoridades que están confiscando las biblias de los Testigos no tienen ni idea de religión ni de las Santas Escrituras. La Traducción del Nuevo Mundo de las Santas Escrituras es una buena traducción, aunque, claro, la traducción de algunos pasajes es debatible; pero lo mismo es cierto de otras versiones, incluso de las de mi propia Iglesia, la católica romana” (Dr. Basilius Groen [Austria], ocupa la cátedra Unesco [Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura] de Diálogo Intercultural e Interreligioso para Europa Sudoriental y es profesor de Liturgia y Teología Sacramental y director del Instituto de Liturgia, Arte Cristiano e Himnología de la Universidad de Graz).
“Desde mi punto de vista como académico, el Estado no tiene por qué revisar la Traducción del Nuevo Mundo. Es un texto religioso, y las autoridades de un estado democrático no deberían inmiscuirse en estos asuntos. Es absurdo afirmar que la Traducción del Nuevo Mundo sea peligrosa o extremista” (Dr. Hocine Sadok [Francia], profesor de Derecho Público y director del Departamento de Economía Social y Legal de la Universidad de Alta Alsacia).
“Creo que, por lo general, la mayoría de los biblistas respetan la traducción de los testigos de Jehová, aunque algunos tal vez no estén de acuerdo con la forma en que ciertas palabras o frases se han traducido” (Dr. William Cavanaugh [Estados Unidos], profesor de Estudios Católicos y director del Centro de Catolicismo Mundial y Teología Intercultural de la Universidad DePaul).
¿Qué opina de que las autoridades rusas estén tratando de prohibir la Biblia de los testigos de Jehová, tachándola de extremista?
“Creo que prohibir la entrada de la Traducción del Nuevo Mundo a la Federación de Rusia es una clara violación de la enmienda hecha al artículo 3 de la ley federal contra el extremismo, firmada por el presidente Putin en el otoño de 2015, puesto que la ley no dice nada sobre las traducciones de textos sagrados. Como todos sabemos, ninguno de estos textos sagrados (la Biblia, el Corán, la Torá y el Kanjur) fue escrito en ruso o en eslavo eclesiástico. Por lo tanto, en la Federación de Rusia, se utilizan solo traducciones de esos textos, de las que, como he dicho, hay muchas. La ley no especifica qué traducciones de los textos sagrados pueden usarse en la Federación de Rusia y cuáles no. Así que cualquier traducción es válida. Prohibir una en particular es ilegal” (Dra. Elbakyan, Rusia).
“Declarar ilegal cualquier publicación religiosa ya es sospechoso, pero aún más si se trata de una Biblia que un grupo tan arraigado y respetado como los testigos de Jehová ha usado por tanto tiempo para adorar a Dios. Otros grupos cristianos usan muchas otras traducciones bíblicas, y no han sido prohibidas. Así que es obvio que Rusia está atacando a los testigos de Jehová, y no su Biblia” (Dr. Derek Davis [Estados Unidos], abogado y exdirector del Instituto JM Dawson de Estudios Iglesia-Estado de la Universidad de Baylor).
“Como Rusia es un estado miembro del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos, sus intentos de prohibir dicha Biblia estarían infringiendo los convenios en pro de la libertad religiosa” (Dr. Jeffrey Haynes [Reino Unido], profesor de Ciencias Políticas y director del Centro para el Estudio de la Religión, Conflicto y Cooperación de la Universidad Metropolitana de Londres; también es coordinador del Grupo de Religión y Política del Consorcio Europeo para la Investigación Política).
“En Rusia, donde las creencias religiosas siempre han sido parte integral de la cultura y el desarrollo, las autoridades están empezando a ver la religión con sospecha y desconfianza. ¿Quién se hubiera imaginado que adoptar una ley para otorgar inmunidad a ciertos textos sagrados provocaría la prohibición de otros textos sagrados? La Iglesia y los tribunales han puesto en marcha un mecanismo para determinar lo que es santo y lo que no lo es. Y los primeros perjudicados han sido los testigos de Jehová y su traducción de la Biblia, lo cual no sorprende, pues desde el 2009 existe una campaña de persecución contra ellos instigada por el gobierno” (Dr. Lunkin, Rusia).
“Estoy bastante convencido de que el mero hecho de que la Traducción del Nuevo Mundo sea publicada por los testigos de Jehová le da a Rusia razón más que suficiente para prohibir su distribución. Por supuesto, esa postura es totalmente irracional, porque la Biblia es la Biblia, igual que el Corán es el Corán. No tengo razones para dudar de que la Traducción del Nuevo Mundo haya sido elaborada con mucho esmero” (William Bowring [Reino Unido], profesor de Derecho y director de los programas de maestría en Derechos Humanos de la Facultad de Derecho de Birkbeck de la Universidad de Londres, y miembro de los colegios de abogados Middle Temple y Gray’s Inn).
“No estoy convencido de que las nuevas enmiendas no sean aplicables a los testigos de Jehová o a otros grupos religiosos minoritarios, incluidos los nuevos. La situación actual subraya la falta de un marco general para entender y valorar las relaciones Estado-Iglesia como un tipo especial de institución civil y política y un ámbito de la vida sociopolítica. En este país [Rusia] el gobierno aún no ha adoptado normas o políticas claras (principios, estrategias, programas) para el ámbito de las relaciones Estado-Iglesia. Esta ambigüedad político-legal ha hecho que el Estado aplique el derecho penal al ámbito religioso de forma selectiva, mientras protege los intereses de un grupo en particular. Esto perjudica al ámbito de la religión, así como al diálogo interreligioso, ya que lleva a que valores del más alto nivel se debatan en el plano político y acaben siendo objeto de difamación. Todas las religiones tienen en alta estima sus textos sagrados, y no solo crean un corpus sagrado, sino que establecen su propio canon” (Dr. William Schmidt [Rusia], editor en jefe de Eurasia: the spiritual traditions of the peoples y profesor de Relaciones Nacionales y Federativas en la Academia Presidencial Rusa de Economía Nacional y Administración Pública).
“No encuentro ninguna razón válida para que las autoridades rusas discriminen la Traducción del Nuevo Mundo. No hay absolutamente nada extremista en la Biblia de los Testigos. Su traducción se apega al texto hebreo y al griego, y su contenido es prácticamente el mismo que el de las traducciones convencionales” (Dr. Chryssides, Reino Unido).
“Me da la impresión de que como las autoridades rusas ya han decidido catalogar a los testigos de Jehová como extremistas, todo lo que hacen va en armonía con esa decisión; decisión que podríamos y deberíamos señalar como errónea” (Dr. Thomas Bremer [Alemania], antiguo miembro del Centro Jordan para el Estudio Avanzado de Rusia en la Universidad de Nueva York y profesor de Teología Ecuménica, Estudios de Iglesias Ortodoxas y Estudios de Paz en la Universidad de Munster).
“Esto no me sorprende nada. Se trata de las mismas políticas y prácticas que usó en su día la Unión Soviética contra las minorías religiosas. Pero en vez de prohibir la mayoría de las actividades religiosas, Rusia ahora prefiere controlar a las minorías con medidas administrativas semilegales y lo justifica con la supuesta necesidad de proteger el orden público y evitar el extremismo” (Dr. Jim Beckford [Reino Unido], miembro de la Academia Británica, profesor emérito de Sociología en la Universidad de Warwick y expresidente de la Sociedad para el Estudio Científico de la Religión [Estados Unidos]).
“La idea tras la reciente legislación sobre asuntos religiosos es la siguiente: hay religiones que se consideran tradicionales (al menos en Rusia, como la Iglesia Ortodoxa Rusa, pero también el islam, el judaísmo y el budismo tradicionales) y otras que se consideran no tradicionales (como los testigos de Jehová). Siguiendo está lógica, se asume que las religiones tradicionales merecen privilegios especiales porque ejercen una influencia positiva en la sociedad rusa, mientras que las religiones no tradicionales deben ser controladas y limitadas porque introducen valores y estilos de vida desconocidos para la sociedad rusa. Es debido a esto que a los testigos de Jehová y a otras minorías religiosas les resultará muy difícil beneficiarse de las nuevas leyes que defienden las creencias de los feligreses y conceden inmunidad legal a los cuatro textos sagrados. Sin embargo, creo que los testigos de Jehová, al igual que otras minorías religiosas pacíficas, deben disfrutar de libertades religiosas constitucionales por toda la Federación de Rusia” (Dr. Dmitry Uzlaner [Rusia], investigador de la Escuela de Ciencias Sociales y Económicas de Moscú y director de la revista State, Religion and Church).
“Los testigos de Jehová deberían tener pleno derecho a usar su traducción de la Biblia. Tener acceso a los escritos sagrados es esencial para la libertad religiosa, y hay, sin exagerar, cientos de versiones bíblicas asociadas con confesiones cristianas. Calificar de extremista la traducción que prefieren los testigos de Jehová es una equivocación y un atropello al derecho que tienen a practicar su religión” (Eric Rassbach [Estados Unidos], director jurídico adjunto de la Fundación Becket para la Libertad Religiosa).
“Cualquier ley que prohíba una traducción bíblica atenta contra la tolerancia religiosa, en particular porque con esto se discrimina a una minoría religiosa y se pone en tela de juicio su interpretación de las Sagradas Escrituras. No debería ser asunto del gobierno entrar en debates sobre cómo traducir bien la Biblia” (Dra. Emily Baran [Estados Unidos], profesora adjunta de Historia de Rusia y Europa Oriental en la Universidad Estatal de Tennessee Central).
“En la actualidad existe un fuerte vínculo entre el Estado ruso y la Iglesia Ortodoxa Rusa, que, al igual que la propia Rusia, difiere del resto del mundo ortodoxo. Supongo que la Iglesia Ortodoxa Rusa no cree que la Traducción del Nuevo Mundo represente debidamente el texto bíblico, venerado por una de las cuatro religiones tradicionalmente reconocidas en Rusia: el judaísmo, el cristianismo, el islam y el budismo. La actitud predominante de las autoridades indica que estas también quieren limitar la influencia de quienes se apoyan en sus propios textos y creencias, así como sus esfuerzos por explicar sus puntos de vista. El hecho de que los Testigos hayan estado presentes en Rusia desde el tiempo de los zares no va a cambiar esa actitud, como bien lo demuestran las décadas de represión que este grupo ha tenido que aguantar” (Sir Andrew Wood [Reino Unido], miembro asociado del programa de Rusia y Eurasia de Chatham House del Instituto Real de Asuntos Internacionales y exembajador británico en Rusia [1995-2000]).
“La razón de prohibir no solo la Traducción del Nuevo Mundo de las Santas Escrituras sino también otros libros es monopolizar la vida espiritual en Rusia y la traducción de las Santas Escrituras en el proceso. Aparte de la traducción de los testigos de Jehová, la Iglesia Ortodoxa Rusa tampoco reconoce muchas otras traducciones bíblicas, incluida la Vulgata, la versión católica en latín. Los católicos, por su parte, no reconocen la Biblia luterana” (Dra. Fylypovych, Ucrania).
“En teoría, las enmiendas a la ley antiextremismo deberían proteger la Biblia cristiana de la censura y el veto. Sin embargo, parece que en vez de proteger el texto sagrado, protegen algunas versiones de este. Es probable que la Traducción del Nuevo Mundo haya sido confiscada, no por su contenido, sino por su procedencia, es decir, por ser una obra de los testigos de Jehová. Muchos creen que los Testigos amenazan las tradiciones rusas de diversas maneras: tanto por su forma de vivir y el sistema que siguen en sus congregaciones, como por sus creencias religiosas y su traducción de la Biblia. Además, se les ve como una religión americana; en fin, como extraños que no tienen derecho a estar en Rusia” (Dra. Zoe Knox [Reino Unido], profesora adjunta de Historia Contemporánea de Rusia en la Universidad de Leicester).
“El hecho de que se hayan confiscado tantas biblias de los testigos de Jehová demuestra que el Estado ruso solo considera ‘legales’ ciertas traducciones bíblicas, lo cual es otra violación de la libertad religiosa. El gobierno ruso debe reformar por completo la legislación antiextremismo, tal y como han propuesto el Tribunal Europeo de Derechos Humanos, la Comisión de Venecia y la Organización para la Seguridad y Cooperación en Europa” (Catherine Cosman [Estados Unidos], analista de las políticas de Europa y los países de la antigua Unión Soviética en la Comisión de Estados Unidos para la Libertad Religiosa Internacional).
“No estoy de acuerdo con que se prohíban traducciones de textos sagrados. Los intentos de limitar la expresión religiosa en Rusia tienen mucho que ver con el estrecho lazo que existe entre la Iglesia Ortodoxa Rusa y el nacionalismo ruso. A muchos rusos les preocupó el aparente frenesí proselitista que hubo en Rusia tras el colapso de la Unión Soviética y pensaron que había que darle a la Iglesia Ortodoxa Rusa la oportunidad de recuperar el poder que tenía antes del gobierno comunista” (Dr. Cavanaugh, Estados Unidos).
“Soy un firme defensor del derecho que tienen los Testigos a producir su propia versión de las Sagradas Escrituras, una que refleje el resultado de su estudio de la Palabra de Dios. Ninguna autoridad civil debe interferir en la traducción o publicación de información religiosa. La libertad para tener nuestras propias creencias es un derecho fundamental de todo ser humano, y un gobierno justo debe promover la libre expresión de distintas creencias religiosas” (Dr. John Bernbaum [Estados Unidos], presidente del Instituto Rusoamericano de Moscú).
“No encontramos ningún indicio de extremismo en la Traducción del Nuevo Mundo. Desde nuestro punto de vista, la persecución contra los testigos de Jehová de Rusia y la prohibición de sus publicaciones y de sus comunidades son actos de discriminación religiosa” (Alexander Verkhovsky [Rusia], director del Centro SOVA de Información y Análisis [organización rusa sin fines de lucro con base en Moscú que investiga temas relacionados con el nacionalismo, la xenofobia, la política radical y las relaciones entre las iglesias y el resto de la sociedad]).
“La traducción bíblica de los Testigos no es una herramienta política para debilitar la sociedad rusa. Es una traducción como cualquier otra. No creo que la Biblia de los testigos de Jehová sea extremista. Si lo fuera, sería ilegal en otros países democráticos que recelan del extremismo político, y la realidad es que no se ha prohibido en ningún país democrático” (Dr. Régis Dericquebourg [Bélgica], sociólogo y profesor adjunto de Nuevos Movimientos Religiosos en la Facultad de Estudios de Religión Comparada y Humanismo de Amberes).
“Es triste decirlo, pero Rusia a menudo atropella los derechos humanos de las minorías étnicas y religiosas. La verdad es que, según la amplia definición que los funcionarios xenófobos de Rusia dan a la palabra extremismo, cualquier traducción de la Biblia cristiana podría calificarse de extremista, incluida la versión sinodal ortodoxa rusa de 1876” (Dr. Mark Elliott [Estados Unidos], fundador y director de la revista East-West Church and Ministry Report, Universidad Asbury, Kentucky).
“A Rusia le encantaría que lo único que representara al cristianismo en el país fuera la Iglesia Ortodoxa Rusa y sus publicaciones. Aparte de los testigos de Jehová, hoy día hay muchos otros grupos religiosos que están teniendo graves problemas en Rusia, lo que apunta a una perspectiva zarista. En particular, las organizaciones religiosas que tienen muchos adeptos en Estados Unidos no son bien recibidas en Rusia” (Dr. Besier, Alemania).
“Querer prohibir la versión en ruso de la Biblia de los testigos de Jehová, etiquetándola como extremista, es una medida sin precedentes en Europa. Aunque otorgar inmunidad legal a ‘la Biblia, el Corán, el Tanaj y el Kanjur, su contenido y citas de estos’ es en sí mismo algo bueno, está claro que también favorece estos textos sagrados por encima de los de otras religiones. Trazar esta línea divisoria es totalmente irrazonable, puesto que no hay prueba alguna de que estos últimos textos sean más extremistas que los primeros” (Dr. Silvio Ferrari [Italia], presidente honorario vitalicio del Consorcio Internacional para el Estudio del Derecho y la Religión, codirector del Oxford Journal of Law and Religion, cofundador del Consorcio Europeo para la Investigación de Iglesia y Estado y profesor de Derecho y Religión y de Derecho Canónico en la Universidad de Milán).
“Que un gobierno empiece a decidir qué versión de un texto religioso es correcta o admisible es muy peligroso. Eso no le corresponde al gobierno, pues son los creyentes quienes deben dar su opinión y debatir sobre ese asunto. Hay muchas versiones e interpretaciones de los textos sagrados, la Biblia incluida, y que un gobierno trate de imponer su propia versión de la verdad religiosa a los creyentes es una violación de los principios sobre libertad religiosa de las leyes internacionales” (Dra. Carolyn Evans [Australia], ocupa la cátedra Harrison Moore de Derecho y es decana de la Escuela de Derecho de Melbourne; también es coeditora de las obras Religion and International Law y Law and Religion in Historical and Theoretical Perspectives).
“No encuentro en las leyes internacionales europeas ninguna justificación para prohibir el libro sagrado de una comunidad religiosa, a no ser que promueva el odio o altere el orden público. No le compete al Estado juzgar la ortodoxia de las religiones o de los textos sagrados” (Dr. Javier Martínez-Torrón [España], catedrático de Derecho y director del Departamento de Derecho Eclesiástico del Estado de la Facultad de Derecho de la Universidad Complutense de Madrid).
“Como estableció hace tiempo el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos, el hecho de que una religión sea declarada oficial o tradicional no debería resultar en ningún perjuicio a los derechos de los ciudadanos. Por tanto, conceder privilegios a ciertos grupos religiosos ‘tradicionales’ e imponer restricciones a las prácticas de otras confesiones ‘no tradicionales’ podría violar las leyes que prohíben la discriminación por creencias religiosas o de otro tipo e incumplir la garantía de igualdad de protección que ofrece el Pacto” (Robert Blitt [Estados Unidos], profesor de Derecho en la Universidad de Tennessee; también trabajó como especialista en derecho internacional en la Comisión Estadounidense para la Libertad Religiosa Internacional).
“El hecho de que las autoridades rusas no discriminen a las religiones tradicionales, pero sí a las demás, indica que no están luchando contra la religión, sino contra la influencia extranjera. El contexto político en Rusia ha llevado a que se rechace toda opinión o movimiento que promueva la discordia, sea política o religiosa. Las autoridades rusas preferirían que no hubiera influencia extranjera en su territorio. Piensan que las nuevas minorías religiosas, como los testigos de Jehová, fomentan la influencia extranjera en el país. Ven a los Testigos sobre todo como un grupo norteamericano, una fuente de influencia peligrosa. El punto de vista legal no es lo más importante para ellos; las acciones legales tomadas contra los Testigos no son más que una fachada” (Dr. Sadok, Francia).
“Debido a la intervención del gobierno, se ha visto seriamente afectado el derecho fundamental que tienen las comunidades, instituciones y organizaciones religiosas de producir, importar y distribuir sus publicaciones, en particular sus textos sagrados, como sucede en el caso de la Traducción del Nuevo Mundo de los testigos de Jehová. Con las restricciones impuestas, el gobierno ha llegado al punto de negarles a las instituciones religiosas el derecho a establecer su propia versión de las Santas Escrituras, y más aún, de traducirlas e interpretarlas. De este modo, ha faltado a su deber de ser neutral e imparcial en lo que tiene que ver con doctrinas y textos religiosos” (Dr. Marco Ventura [Italia], profesor de Derecho y Religión en la Universidad de Siena, director del Centro de Estudios Religiosos de la Fundación Bruno Kessler e investigador del Centro de Derecho, Religión, Empresa y Sociedad de la Universidad de Estrasburgo [Francia]).
“En mi opinión, este asunto tiene que ver con el cuestionable estado de la libertad religiosa en Rusia. Los testigos de Jehová no son el único grupo que ha enfrentado dificultades recientemente en ese país. Sin embargo, que se haya prohibido una Biblia es sumamente preocupante, pues al prohibir una, todas las demás en teoría están en peligro. La enmienda solo sería aplicable a los textos en el idioma original (en el caso de la Biblia, en hebreo, arameo y en griego). ¿Y qué hay de las versiones manuscritas? Esta es una muestra de la arbitrariedad de la prohibición, que debe estar basada en cosas ajenas a la traducción en sí” (Dr. Riistan, Estonia).
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